Del Pacha III al Fortuna o el Dannebrog: Los impresionantes palacios acuáticos de la realeza europea

Los reyes de Dinamarca, que en noviembre coparon todos los titulares tras la publicación en ‘Lecturas’ de unas fotografías en las que se veía a Federico paseando por las calles de Madrid junto a la mexicana Genoveva Casanova, disfrutaron esta pasada primavera de su primer viaje como reyes a bordo del HDMY Dannebrog, catalogado como residencia oficial de los miembros de la familia real danesa.

En esta ocasión, Federico y Mary embarcaron en Copenhague rumbo al puerto de Helsingor, de donde luego, tras la recepción de turno, partieron al castillo de Fredensborg con la intención de eestablecer su residencia en la cancillería de este edificio. También está previsto que, este mismo mes de agosto, los monarcas realicen un crucero a bordo de la embarcación, que recorrerá varios puertos de Dinamarca.

Basado en el diseño de los palacios flotantes del siglo XIX, el Dannebrog fue construido en 1931 en el astillero naval Orlogsvaerftet de Copenhague. Con 78 metros de largo, este yate de acero puede albergar hasta 14 pasajeros, pero caben 52 miembros de tripulación, escogidos entre los mejores de la marina del país.

La reina Margarita se encargó personalmente de decorar las estancias privadas de esta embarcación que sirve de residencia oficial y privada a los miembros de la familia real cuando realizan cruceros de verano en aguas de su país o visitas oficiales al extranjero.

Dicen que el dinero no da la felicidad, pero parece preferible llorar en un yate que ser feliz en una bicicleta. O al menos eso debe pensar la princesa Carolina de Mónaco, quien más de una vez ha usado los paseos a bordo del Pacha III para vencer el estrés y superar desengaños.

Este yate real fue un regalo que su malogrado marido Stéfano Casiraghi le hizo en 1989, apenas un año antes de perder la vida en un trágico accidente. La princesa lo descubrió por casualidad en el Puerto de Mónaco y llegó a invertir tres millones de euros en una reforma para modernizar por completo su interior.

Con 36 metros de eslora, el Pacha III ha tenido muchos propietarios: en 1940 fue requisado por la Royal Navy, la Marina Real, cuando volvió a la costa mediterránea con el nombre de Priamar. Y en la década de los sesenta fue comprado por el pintor Bernard Buffet, que lo amarró en Saint-Tropez, uno de los lugares de veraneo preferidos de la familia real monegasca.

Desde principios de los noventa, el yate ha visto florecer varios romances protagonizados por miembros del clan Grimaldi. Sin ir más lejos, en 2014 Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo fueron pillados por los paparazzi disfrutando de sus vacaciones familiares en el barco. Y en 2021 fue Alexandra de Hannover la cazada allí junto a su novio el multimillonario Ben-Sylvester Strautmann.

Construido en 1930, el Norge es el orgullo de la familia real noruega desde 1947, año en el que fue regalado por el pueblo noruego al rey Harald, padre del príncipe Haakon. El impresionante buque, de 80 metros de eslora, es mantenido por la Marina Real Noruega y zarpa durante los meses de verano. En 1985 sufrió un grave incendio, mientras estaba en mantenimiento, del que solo se salvaron el casco y los motores.

Desde entonces, ha sido reconstruido por completo, y todavía hoy sigue funcionando como barco oficial de la familia real del país. Cabe recordar que Harald es habitual de la bahía de Palma de Mallorca desde hace muchos años, y que el Norge le solía servir de domicilio cuando visitaba la isla para desconectar de todo y participar en la tradicional Copa del Rey de vela.

También se apuntaron a la moda de los yates de lujo los reyes Guillermo y Máxima de Holanda. Fue en verano de 2020 cuando cambiaron su Wajer 38 por un Wajer 55, conocido como "el superyate más pequeño del mundo", para recorrer las aguas del Peloponeso griego, donde tienen una propiedad. La polémica surgió cuando aquel mismo verano apareció publicada una fotografía de los reyes posando con el dueño de un restaurante griego sin mantener la distancia social en plena pandemia. Aunque los protagonistas pidieron perdón de forma pública, su popularidad se ha visto mermada desde entonces.

Pese a que solo tiene 16 metros de eslora, el nuevo barco de los reyes, comprado por dos millones de euros, dispone de gran parte de equipos automatizados y de todo tipo de configuraciones con sistemas eléctricos. Entre otras cosas, posee capacidad para que naveguen a bordo de él 16 personas y duerman en su interior 8 en sus tres camarotes.