La 'otra' celebración que da comienzo a la semana grande de Federico y Mary de Dinamarca

El hijo de la reina Margarita de Dinamarca ascenderá al trono poco después de que la prensa internacional se hiciera eco de que había pasado la noche en la casa de Genoveva Casanova

Álex Ander

Periodista especializado en corazón y crónica social

Actualizado a 31 de enero de 2024, 15:10

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Con la abdicación de Margarita de Dinamarca, su hijo Federico asumirá el trono y la esposa de este, Mary Donaldson, con quien lleva prácticamente dos décadas casado y tiene cuatro hijos, se convertirá en reina. Por su parte, el primogénito de la pareja, Christian, que alcanzó la mayoría de edad el pasado otoño, pasará a ocupar el primer puesto en la línea de sucesión al trono. En la segunda línea estarían sus tres hermanos: Isabel, en primer lugar, y los mellizos Vincent y Josefina, a continuación. Estos últimos, por cierto, soplan 13 velas este 8 de enero, aunque la celebración de su cumpleaños podría ser algo agridulce debido al ruido mediático que últimamente rodea a su familia.

No en vano, el matrimonio formado por Federico y Mary ha copado en las últimas semanas bastantes titulares a raíz de la publicación en ‘Lecturas’ de unas fotografías en las que se veía al todavía heredero al trono danés paseando por las calles de Madrid junto a la mexicana Genoveva Casanova, quien rápidamente negó todos los rumores. “Mantenemos una política desde hace años de no comentar ni confirmar cualquier detalle relacionado con asuntos privados”, aseguró entonces la casa real danesa a través de un comunicado. “Además, nos gustaría enfatizar nuestro compromiso de respetar la privacidad de los miembros de la familia real, incluido el príncipe heredero”.

Desde luego, esta no es la primera ocasión en que la sombra de la infidelidad ha planeado sobre la pareja, que se conoció durante los Juegos Olímpicos de Sidney en 2000 y se casó por todo lo alto en mayo de 2004, pese a la oposición inicial de la reina Margarita, que tardaría en aceptar el hecho de que su nuera fuera una simple abogada australiana. "Desde hoy Mary es mía y yo soy suyo. La amo y la protegeré con todo mi corazón. Haré todo lo posible para hacerte  sentir como en casa en tu nuevo país”, comentó en su discurso nupcial el novio.

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Una coronación sencilla

En 2017 se publicó que Federico había pagado 7.000 euros a una mujer para que silenciara su falta de lealtad. Sin querer entrar de lleno en su presunta condición de cornuda, la australiana —a la que algunos tachan de esposa resignada por amor— aprovechó una reciente entrevista en un espacio de la televisión danesa para confesar que ha sufrido depresión: “El dolor, si no lo procesas, se puede convertir en un duelo complicado que afecte a tu calidad de vida, a tu salud”.

Según cuentan, su suegra ya tenía pensado abdicar cuando estalló el escándalo, pero se vio obligada a acelerar el proceso para darle carpetazo y que su hijo pueda reinar. "La madre de Federico no quiere que su popularidad siga descendiendo, y cree que este era el momento de abdicar, pese a que Margarita era una reina que siempre decía que moriría con las botas puestas", ha opinado Pilar Eyre. "Dicen que tiene problemas de salud, y sí es verdad que tiene problemas de espalda, pero vemos cómo monta a caballo y hace vida absolutamente normal. Por eso pienso que detrás de esta decisión está el querer asegurar la monarquía en estos momentos".

Los medios de comunicación han seguido de cerca la vida de los miembros de la familia real danesa. En ese sentido, son de sobra conocidos los episodios de rebeldía de Federico, que en su juventud fue muy aficionado al disfrute, tuvo varias relaciones que no contaron con el beneplácito de su entorno y se vio envuelto en más de un incidente. Según una biografía del inminente monarca escrita por Jens Andersen, el hijo primogénito de la reina Margarita comentó que, en aquellos años, la perspectiva de convertirse en rey era "un inconveniente" que le hacía sentirse inseguro, tímido y torpe.

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Goza de confianza

Pese a todas las polémicas y habladurías, Federico goza de buena reputación y el apoyo a la monarquía sigue siendo mayoritario en su país —un 75%, según las últimas encuestas—. A diferencia de la suntuosa coronación de Carlos III de Inglaterra, que tuvo lugar en la Abadía de Westminster y contó con 2.000 invitados, la suya consistirá en un simple acto de proclamación por parte de la primera ministra danesa, la socialdemócrata Mette Frederiksen, en el Palacio de Christiansborg de Copenhague. 

La pasada semana, Frederiksen se vio obligada a modificar rápidamente su discurso de Año Nuevo para tocar el tema de la sucesión real. "La reina lo ha dicho a su manera: 'Tengo un hijo en el que confío mucho'. Puedo añadir que nosotros también tenemos esa confianza. Porque conocemos a nuestro futuro rey".

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