El día ha llegado. Hugh Grosvenor, duque de Westminster, y Olivia Henson se han convertido en marido y mujer. La gran boda se ha celebrado en la catedral de Chester y la expectación ha sido total. Los invitados han ido llegando al enlace vestidos con sus mejores galas para esta boda casi de la realeza, entre ellos ha sido puntual el príncipe Guillermo. El hijo mayor del rey Carlos III ha hecho aparición serio, triste y cabizbajo, sin la compañía de su esposa Kate Middleton que continúa de baja y en plena lucha contra el cáncer.
Para el príncipe Guillermo esta boda es muy importante y es que Hugh es uno de sus mejores amigos y casi un hermano para él, de hecho es ahijado del monarca británico Carlos. La situación de su esposa, la ausencia de su padre en el enlace -también enfermo- o la de su hermano Harry, por las polémicas, han hecho mella en el heredero al trono británico que ha llegado visiblemente apenado y con una postura corporal que evidenciaba su agotamiento tras meses muy duros. No obstante, tendrá un papel destacado en el enlace y en sus planes no entraba perdérselo.
Más allá de la presencia de los miembros de la Familia Real británica, había mucha expectación por conocer, por fin, uno de los grandes secretos de toda boda: el vestido de la novia. Olivia Henson no ha defraudado. Más bien todo lo contrario, ha arrasado con su look nupcial, a caballo entre lo clásico y lo chic. Aires románticos y muy modernos se han fusionado en su propuesta para el día más feliz de su vida.
Olivia Henson ha vestido de la diseñadora británica Emma Victoria Payne, se trata de un diseño de novia romántico, minimalista y bastante atemporal repleto de detalles especiales. Es muy elegante por sus líneas puras, mangas francesas o tres cuartos, la falda voluminosa pero lo justo y con su larga cola desmontable. El vestido, impoluto, es de un color marfil resplandeciente y está confeccionado con seda, tiene un escote de barco ribeteado con un elegante encaje, el mismo bordado que vemos en sus mangas.
La cintura tiene un plisado que dibuja la silueta y lo clásico del vestido lo rompe un sutil escote en la espalda que rebaja lo clásico de todo el look. Es un diseño que se puede transformar, para tener 2 vestidos en 1 y estar perfecta -y cómoda- en cada momento de la ceremonia y la celebración. Ha tapado su rostro con un elegante velo en cascada con los mismos bordados y ha optado por recoger su melena en un moño elegante. Además de sus pendientes de perlas, que siempre resultan elegantes y tanto luz dan al rostro, la novia ha lucido una tiara especial, en concreto la de las novias de Grosvenor.
Ha redondeado su look nupcial con unos zapatos azules súper chic de la firma española Silvia Lago, concretamente el modelo Valentina D'Orsay Riviera. Hechos a mano con fino terciopelo, este calzado se caracteriza por un tacón cómodo en bloque de 8 cm y de punta afilada. Además, cuenta con un precioso lazo lazo que aporta un toque de originalidad y elegancia únicos. La tonalidad azulada de esta pieza rompe la claridad del estilismo junto con un ramo tipo bouquet de flores silvestres pone el toque de color. ¡Bellísima!
El guiño que ha mandado Olivia Henson con su vestido de boda
Uno de los elementos más sofisticados del look de novia de Olivia Henson ha sido su tiara Fabergé Myrtle Leaf, realizada para las novias de esta familia. ¿A qué se debe? Esta exquisita pieza ha pertenecido a la familia de su ya marido, Hugh Grosvenor desde 1906 cuando se encargó su creación. Desde entonces, todas las novias que se han unido a esta larga extirpe la han lucido en su boda. Un guiño a los antepasados del duque de Westminster en un día muy especial.
No es el único homenaje que Olivia ha realizado a su familia pasado. El vestido y velo de la novia contaba con motivos florales y con fragmentos del velo de la tatarabuela de Olivia, datados de alrededor de 1880. Un recuerdo precioso con el que la joven deja claro que no se olvida del pasado de su familia.