El motivo de la bronca de Telma Ortiz y Letizia: todo sobre la ajetreada vida y los amores de la hermana de la Reina

La hermana de la reina Letizia, que en su día estuvo casada con Jaime del Burgo, tiene dos hijas y en la actualidad mantiene una relación con el irlandés Robert Gavin

Álex Ander
Álex Ander

Periodista especializado en corazón y crónica social

Telma Ortiz, junto a su actual novio
Gtres

Hace unos meses, una serie de declaraciones públicas de Jaime del Burgo hizo tambalear los cimientos de Zarzuela. Y es que el exmarido de Telma Ortiz aseguró que había mantenido una relación con la reina Letizia antes y después de que la susodicha se casara con el rey Felipe. Cierto es, y así se ha contado en varios sitios, que ambos se conocen desde hace muchos años, y que la asturiana tenía tanta confianza en Del Burgo que el navarro intervino en la redacción de las capitulaciones previas a su matrimonio.

"A Telma la conocí en la primera etapa de mis relaciones con Letizia", aseguró en el libro 'Letizia y yo', de Jaime Peñafiel. "En la segunda, ésta me prohibió, terminantemente, que la viera. Pero, un día, coincidimos en Zarzuela y los cuatro (Letizia, Felipe, Telma y yo) nos fuimos al cine. Al salir, llovía a mares y, en lugar de regresar en el coche con los príncipes, lo hice en el de Telma [...] A ella también le había prohibido verme".

 

En las páginas del mismo ensayo se cuenta que Telma y Del Burgo coincidieron en la exclusiva estación de Aspen, donde se enamoraron y él le regaló un anillo de brillantes para pedirle que se casaran. "Con la ayuda de su padre, Jaime Ignacio del Burgo, del abad de Leyre y del arzobispo de Pamplona, organizaron la boda en la más estricta intimidad y por sorpresa, después de un par de meses de noviazgo. Telma, que ya había cumplido 38 años (el novio tenía cuarenta y uno), viajó desde Barcelona a la capital navarra acompañada de su hija Amanda, de cuatro años, nacida de su unión con el también abogado Enrique Martín Llop". La ceremonia de la boda se celebró en el monasterio de Leyre, donde no estuvieron presentes ni la familia de Telma, incluidos Felipe y Letizia, ni los hermanos de Jaime.

Telma Ortiz
Gtres

Una polémica demanda

Según algunas fuentes, antes de casarse con Del Burgo, la hermana de la reina se dejó deslumbrar por el espejismo que muestra ganar estatus al emparentar con una familia como la real. Hasta se llegó a hablar de una posible relación entre ella y Alberto de Mónaco. Pero luego comprobó que no todo el monte es orégano y se dedicó a poner demandas, en este caso junto a Martín Llop, a medio centenar de medios de comunicación, pidiendo medidas cautelares para defenderse de la presión mediática.

"Letizia les pidió que lo dejaran, pero ellos siguieron hasta el final” afirmaría al respecto una fuente cercana a la familia Rocasolano. "Esto provocó una fuerte pelea entre las hermanas. Luego fue su madre [Paloma], pero varios meses después, la que consiguió que lo arreglaran”. Aunque la justicia no solo le denegó su petición, sino que la obligó a pagar las costas del proceso estimadas en alrededor de 50.000 euros.

Y con motivo de su boda, Del Burgo envió una carta abierta al diario El Mundo, titulada 'Derecho a la intimidad', en la que, entre otras cosas, calificaba de 'mafiosos' los métodos empleados por la prensa social y se refería al 'acoso sufrido hacia Telma y otros miembros de su familia, aunque ya no estén aquí para contarlo', en referencia a Érika Ortiz, la menor de las dos hermanas de Letizia, que cayó en una depresión y se suicidó en 2007 —dicen que a la Casa del Rey no le gustó nada el tono empleado en la carta por el interfecto—.

Su ruptura con Del Burgo

La prensa siguió en esa época de forma puntual los pasos de Telma. "Si se habló de ella en esos meses fue por el trabajo que desempeñaba en el ayuntamiento de Barcelona, donde se creó un puesto bien remunerado y a su medida que dejó al casarse con Jaime del Burgo", comentó Mábel Galaz. "Tras la boda, Telma regresó a Barcelona y su marido, a Londres". Pero el matrimonio duró poco. De hecho, no celebró su segundo aniversario.

En su día se comentó que la ruptura se había producido por los continuos viajes que Del Burgo hacía a otros países por culpa de sus negocios, y ambos protagonistas aseguraron que no hubo terceras personas: "No ha sido un divorcio traumático y el cariño se mantiene". Hoy en día, sin embargo, podría sospecharse que ninguno de ellos fue del todo sincero al decir esto, pero que, por lo que sea, tampoco podían entrar en detalles.

Después de aquel desengaño, Telma conoció esquiando en Andorra un fin de semana al que es su actual novio, el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar, con el que tiene una hija en común y vive en una casa adosada en Soto de la Moraleja. Gavin, por su parte, tiene dos hijos fruto de su matrimonio con la violinista de la banda irlandesa The Corrs Sharon Corr —quien, según las malas lenguas, dedicó a la pareja uno de sus temas en solitario, que se titula 'The Fool & The Scorpion' (y traducido como 'La tonta y el escorpión')—.

Tras hacerse cargo durante un tiempo de la Subdirección de Proyectos del Departamento de Relaciones Internacionales en el Ayuntamiento de Barcelona, la economista de 50 años pasó a gestionar las relaciones internacionales de la escuela de negocios ESERP. Y desde 2022 forma parte de la oficina ejecutiva de Concordia, "una organización sin ánimo de lucro y no partidista, dedicada a fomentar, elevar y mantener activamente las asociaciones intersectoriales para el impacto social”, según consta en la web de esta conocida entidad.

En la actualidad, Telma sigue siendo una mujer bastante celosa de su vida privada  —después del mencionado jaleo con la prensa volvió a poner alguna que otra demanda— y, según comentan, mantiene una relación cercana con su hermana Letizia, que cada vez tiene un círculo íntimo más estrecho. "Quienes tienen permiso para visitarla son parientes que aceptaron sus normas: ser austeros y no llamar la atención", apunta uno de sus biógrafos. "Hoy como reina de España, [Letizia] disimula su carácter imperativo para evitar críticas y se esfuerza por simular modales diplomáticos para que no la acusen de caminar delante del rey o elevar la voz para decir lo que piensa. La eficacia de la reina para disimular se mide sobre todo por los elogios o silbidos que recibe. Dejar de hablar con parientes conflictivos es solo una parte de un trabajo que le exige actuar".