Contraprogramando la maratón deportiva de Leonor y Sofía en París, la reina Letizia (51 años) no fallaba al acto de clausura de la 14 edición del Atlàntida Film Fest que supone el comienzo de sus vacaciones en Mallorca.
Anfitriona de excepción, la Reina deslumbraba a su llegada al Centro Cultural de La Misericórdia de la capital balear con un impresionante y veraniego vestido lencero plateado de largo midi que envolvía su silueta a la perfección. Al margen de su estilismo, el otro gran protagonista de la noche era el actor Michael Douglas (79 años).
Galardonado con premio 'Masters of Cinema' como reconocimiento a su exitosa trayectoria del actor, el estadounidense no dudó en agradecer todo el cariño que ha recibido durante lo más de 30 años que lleva veraneando en Mallorca, isla que ya se ha convertido en "su segunda casa".
El momento fan de la noche llegaba en el mismo momento en que doña Letizia y Michael Douglas se cruzaron por primera vez. Tal y como manda el protocolo la Reina fue la última en llegar y allí le aguardaban todos los premiados. La mujer de Felipe VI se dirigió al popular actor nada más verle y le estrechó la mano con energía al tiempo que intercambiaban algunas confidencias. La cara de la Reina hablaba por si sola. Sonriente, entusiasmada, y feliz de tener la oportunidad de conocer a una estrella de Hollywood como él. De hecho, en esa primera charla le dijo que después tendrían más tiempo para seguir hablando. Y así fue...
Durante el posado frente al photocall no dejaron de hablar y unos minutos más tarde doña Letizia fue la encargada de entregarle el premio. Rompiendo con ese rígido protocolo, la Reina no dudó en darle dos cariñoso besos a modo de agradecimiento al tiempo que le hacía entrega del trofeo. Un gesto natural y cercano cada vez más repetido entre los miembros de la realeza. Y es que aunque por norma general a los miembros de la Casa Real hay que saludarles con las manos, es habitual verles romper esa línea para crear un mayor vínculo con sus invitados.
“Es un honor increíble. Es muy especial para mí. Mallorca es mi segunda casa, quiero mucho a la isla. Es algo mágico para mí. Los mallorquines han sido tan buenos conmigo, tan detallistas. Han respetado mi privacidad. He venido aquí cada vez que he terminado un proyecto", ha dicho Douglas en su discurso.
La reina Letizia arrasa en su primera aparición en Mallorca con un favorecedor vestido lencero
El armario de verano de la reina Letizia siempre nos da gratas sorpresas. La consorte no defraudó para su primera aparición en Mallorca con un impresionante vestido lencero plateado de Hugo Boss. Se trata de un diseño fluido, con largo midi y pronunciado escote que le sentaba a las mil maravillas y resaltaba su precioso bronceado. Un look festivo de esos que se quedan guardados en nuestra retina.
Como complementos, doña Letizia no arriesgó y optó por unas sencillas sandalias con tacón ancho de Mango a juego con una cartera repleta de brillos. Respecto a las joyas, sorprendió con los pendientes de rombos y brillantes y, como no, su ya eterno anillo de Coreterno.
La agitada agenda de la reina Letizia en Mallorca
Mucha de la animadversión que la reina Letizia tiene con la isla balear tiene que ver con todos los compromisos oficiales a los que tienen que hacer frente, una vida pública muy agitada que nada tiene que ver con vacaciones.
La Reina ya ha hecho una tradición su presencia en el acto de clausura del Atlàntida Film Fest. Tras esta cita cultura, será este lunes cuando don Felipe y doña Letizia, acompañados por la reina Sofía, presidan la recepción a los representantes de los distintos sectores e instituciones de la sociedad de las Islas Baleares en el Palacio de Marivent.
Con Leonor y Sofía en los Juegos Olímpicos de París, falta por determinar el día y lugar en el que harán el tradicional posado de verano. Imágenes con las que cada año pretenden dar a conocer un rincón de Mallorca. Al margen de estas citas "obligadas", no sería de extrañar que los reyes y sus hijas se dejaran ver por las calles de la isla como una familia más. Salidas nocturnas, visitas a los icónicos rastrillos que tanto les gustan o, incluso, algún plan cultural que nos deje ver su faceta más natural.