La Casa Real de Noruega se encuentra en un momento altamente delicado por la detención de Marius Borg, hijo de la princesa Mette-Marit. El joven era interceptado por la policía después de que una mujer acudiese al hospital con una conmoción cerebral. El hijo de la princesa era localizado, identificado como el presunto agresor y retenido por la policía durante 30 horas. Posteriormente, era puesto con libertad con cargos. A la espera del juicio, el escándalo ya está servido. Y no es el primero que protagonizado el hijo de la princesa heredera.
Ahora, días después y cuando Mette-Marit ya ha realizado su primera aparición en público en los Juegos Olímpicos, la princesa ha querido intervenir. Tal y como ha confirmado oficialmente la Casa Real, Mette-Marit ha protagonizado una delicada acción para intentar no beneficiar a su hijo, sino aplacar las consecuencias nefastas que podría tener para la imagen de la monarquía. Una arriesgada maniobra que bordea la legalidad.
La decisión de la princesa Mette-Marit
Según ha publicado el medio 'Aftenposten', el palacio habría confirmado que la princesa Mette-Marit se habría puesto en contacto con la víctima de la agresión. A mayores preguntas, desde el medio indican que no se han querido ofrecer detalles por tratarse de un asunto muy delicado y de alta privacidad. No obstante, desde el diario 'Se og Hør', uno de los que más están siguiendo el caso, se asegura que Mette-Marit no habría tenido intención de influir a favor de su hijo. Algo que, además, sería ilegal.
La princesa heredera habría mantenido una charla sencilla y empática con la víctima, a la que, según aseguran, conoce previamente. Solo querría consolarla y mostrarle su cariño. La identidad de la mujer no ha trascendido en estos días pero es de suponer que se trata de alguien que ya existía en la vida de Marius Borg. A un nivel que incluso su propia madre habría podido conocer. Eso sí, la privacidad del hecho hace que ningún medio local especule con su identidad.
Hasta ahora solo el príncipe Haakon había querido entrar, levemente, en el asunto. Desde los Juegos Olímpicos de París habría asegurado que se trataba de algo grave cuando la policía estaba involucrada. El heredero al trono había guardado silencio sobre el hecho en concreto y no había afirmado nada relacionado con su mujer. Marius Borg es hijo de Mette-Marit pero de una relación anterior a la del príncipe Haakon.
Los últimos giros en el caso de Marius Borg
La acusación contra el hijo de Mette-Marit se va complicando tal y como avanza la investigación. En un primer momento conocíamos que se trataba de una agresión tanto verbal como física pero no habían trascendido más detalles. Ahora se ha podido determinar que se acusa al joven de lesiones y estrangulamiento. Además, se ha pedido pruebas para determinar su estado en el momento de la agresión y se ha publicado una imagen de un cuchillo clavado en la pared del apartamento en el que supuestamente se encontraban.
La mujer no habría recibido lesiones de compleja gravedad pero sí había acudido al hospital con una conmoción. Ambos estarían solos en el apartamento, según la investigación, de donde Marius Borg logró escapar. La policía le detenía poco después. La acusación que pesa sobre él podría conllevar penas de privación de libertad. Un amargo suceso que empaña, una vez más, la reputación de la Corona noruega.
No es, además, la primera vez que Marius Borg se encuentra involucrado en escándalos. Si bien, sí es la más grave. El hijo de la princesa Mette-Marit se ha convertido en un quebradero de cabeza para la institución, aun cuando no forma parte de la Familia Real ni tiene posición en la línea sucesora a la Corona.