Mette-Marit de Noruega no levanta cabeza: su salud, en jaque de nuevo

Mette-Marit de Noruega no gana para disgustos. En medio de la polémica con su hijo Marius, su salud vuelve a estar en jaque

Adrián López
Adrián López

Redactor digital de Lecturas

Mette Marit
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Mette-Marit de Noruega (51 años) no levanta cabeza. La mujer del príncipe Hakoon, que está envuelta en medio de la gran polémica de su hijo Marius, acaba de recibir una noticia inesperada en cuanto a su salud. Un susto que ha provocado que su nombre acapare numerosos titulares en la prensa de su país. Y es que el pasado octubre la casa real emitió un comunicado que dejó a todos muy preocupados.

"Su Alteza Real ha reiniciado el tratamiento para su enfermedad pulmonar crónica. La experiencia anterior ha demostrado que los medicamentos pueden provocar efectos secundarios que pueden tener consecuencias para el programa oficial de la princesa heredera", dijeron desde la corona noruega, con la esperanza de que a los pocos meses Mette-Marit pudiera recuperarse y volver a la vida normal. De hecho, aunque estas semanas la mujer del príncipe Haakon ha intentado mantener su agenda con la mayor normalidad posible, parece que va a tener que hacer un nuevo parón. 

Ha sido la corona noruega la que ha vuelto a emitir un nuevo comunicado para avisar de que Mette-Maritdebe continuar descansando porque el tratamiento que está recibiendo es muy fuerte y su salud está resentida por los efectos del mismo. "Debido a los efectos secundarios de los medicamentos que la princesa heredera debe tomar para su enfermedad pulmonar crónica, la baja se ha ampliado, inicialmente hasta el 5 de noviembre. Los eventos de la agenda en este período serán cancelados o pospuestos", explican desde las redes sociales de la institución. 

La madre de Marius Borg, que tendrá que testificar en el caso de su hijo si la policía acepta la petición del abogado, conoce que sufre fibrosis pulmonar crónica desde el pasado 2018, cuando fue diagnosticada. Esta enfermedad "grave" hace que la princesa no pueda hacer si vida normal. De hecho, no es la primera vez que la dolencia le ha obligado hacer un parada para descansar de sus quehaceres institucionales. El pasado septiembre la mujer de Hakoon estuvo más de dos meses alejada del foco mediático por esta afección, aunque lo cierto es que es una de las princesas que menor agenda real (algo que la corona siempre justifica por su salud). 

Cuenta la prensa noruega que la enfermedad que sufre la princesa provoca haya una cicatrización progresiva de los tejidos alrededor de ambos pulmones, lo que provoca que el órgano pierda flexibilidad y sufra un grave deterioro. "El intercambio de oxígeno y dióxido de carbono funciona peor", cuentan desde 'VG', medio en el que Mette Marit se abrió en canal cuando fue diagnosticada. "Intento tomármelo con más calma. Se trata mucho de que los días no sean demasiado largos", explicó. "Ya no veo la muerte como algo grande y oscuro", reconoció. 

Eso sí, Mette-Marit ha intentado siempre tomarse este bache de salud de la mejor forma. Lejos de estar derrumbada y apesadumbrada por la enfermedad, aseguró al citado medio que esto le había permitido alejarse un poco del ajetreo que lleva implícito ser la futura mujer del rey de Noruega.

 

 

"Por primera vez desde que me casé han dado la oportunidad de vivir una vida un poco más pequeña. Ahora puedo decidir mi vida cotidiana de una manera completamente diferente y eso es muy bueno para mí.  Después de que me enfermé, me relajé completamente. Ahora he pasado por tantas etapas agradables gracias a esto, así que ya no veo la muerte como algo grande y oscuro. Hablamos mucho de ello y creo que probablemente tenga algo que ver con la edad. Cuando vemos que los niños también van creciendo, creo que algo lindo es ver que así debe ser. Así es la vida", afirmó. 

"Me canso mucho más que antes. Así que tengo que tener más cuidado. Que pueda dejar que mis días sean controlados por mí misma es una de las cosas que creo que es bueno de estar enfermo. Puedo salir a caminar, pasar mucho tiempo leyendo y vivir mucho más despacio. No me gusta mucho la atención. Esa es una de las razones por las que me gusta mucho la vida cotidiana", explicó.