Meghan Markle y el príncipe Harry: por qué el bebé que esperan no tendrá título real

Al igual que el pequeño Archie, es muy probable que el bebé que esperan Meghan y Harry no tenga ningún título real

Redacción

Lecturas.com

Meghan Harry

Meghan Markle y el príncipe Harry, en un acto en marzo de 2019

GTRES

Meghan Markle y el príncipe Harry han vuelto a convertirse en el centro de todas las miradas. Los duques de Sussex confirmaban el pasado domingo 14 de febrero que estaban esperando a su segundo hijo en común. Lo hicieron con una preciosa fotografía en la que la exactriz se acaricia su incipiente barriga y en un día muy especial para ambos, ya que la fecha coincide con la que eligió Lady Di para hacer público que estaba esperando a Harry.

Así, dentro de unos meses, los duques de Sussex darán la bienvenida a su segundo bebé en común, el octavo en la línea de sucesión al trono, justo por debajo de su hermano mayor, Archie Harrison. No obstante, lo más probable es que el recién nacido no tenga título de Alteza Real, al igual que ocurre con el primogénito de Meghan y Harry.

meghan y harry segundo embarazo

Meghan Markle y el príncipe Harry, a la espera de su segundo bebé.

Instagram @meghanmarkle_official

Cuando el pequeño llegó al mundo, sus padres tomaron la decisión de que su hijo no llevara el título de príncipe. Una distinción que sí otorgaron al príncipe Harry cuando nació y que igualó su estatus al de su hermano, el príncipe Guillermo. Un nombramiento con el que también cuentan George, Charlotte y Louis pero que Archie no lo tiene, a pesar de que sí que le correspondería.

Para comprender este hecho hay que remontarse hasta 1917, cuando el rey Jorge V decidió que solo tuvieran este títulos los bisnietos que llegaran por vía masculina. Es decir, los hijos de Guillermo, Harry, Peter Phillips y James sí que lo pueden tener, mientras que los de Zara Tindall, Beatriz y Eugenia de York y Louise no.

Por ello, en el caso de los hijos de Meghan y Harry se trata de una decisión personal con la que pretenden que los pequeños reciban una educación normal y que no tengan que estar sometidos durante su infancia a las estrictas normas protocolarias de los Windsor.