Meghan Markle y el príncipe Harry cambiaron radicalmente hace justo un año. A principios de 2020, los duques de Sussex anunciaban su intención de dejar de ser miembros seniorde la casa real británica e independientes económicamente. Todo después de llevar instalados en Canadá desde noviembre de 2019. Sin embargo, su destino final fue otro: California.
A finales de marzo, Meghan Markle y el príncipe Harry cambiaban Canadá por Estados Unidos. Un esperado movimiento que sorprendía a muchos, ya que estaban a punto de cerrarse todas las fronteras, y que la propia duquesa de Sussex explicó posteriormente. Según afirmó en su entrevista con Oprah Winfrey, la decisión vino precipitada por el hecho de que se quedaran sin seguridad, ante lo que su amigo Tyler Perry les ofreció su vivienda y ellos aceptaron.
Aunque su estancia era provisional, la pareja se vio obligada a pasar en la casa del magnate de Hollywood toda la cuarentena por la crisis del coronavirus, hasta que finalmente se compraron una casa en la exclusiva zona de El Montecito, en Santa Bárbara, en donde residen en la actualidad junto a su pequeño, Archie Harrison.
En estos doce meses alejados de Reino Unido, los duques de Sussex han hecho frente a una etapa llena de cambios. Aunque a nivel laboral, al principio todo se redujo a apariciones esporádicas por videollamada, Meghan y Harry ya han comenzado a definir el rumbo de su nueva vida. La pareja ha apadrinado varias causas sociales a través de su fundación Archewell y ha firmado contratos millonarios con Netflix o Spotify. El nieto de Isabel II incluso está a punto de estrenar nuevo puesto de trabajo en una empresa de Silicon Valley, la starup BetterUp
A nivel personal, a finales de 2020 Meghan Markle reconocía en un doloroso artículo en New York Times que el pasado verano había perdido al bebé que esperaban. Sin embargo, en febrero llegaba la mejor de las noticias, ya que la pareja anunciaba con una romántica fotografía en blanco y negro que iban a ser padres por segunda vez.
Un capítulo especial en este último año se merece la famosa entrevista con Oprah Winfrey. Su anuncio desencadenó que la casa real británica les retirara los patronazgos reales y los títulos militares del príncipe Harry. Su emisión dejó frases para el recuerdo, acusaciones de racismo y una crisis interna solo comparable a la de Lady Di. Y sus consecuencias, todavía no están claras.
Lo cierto es que con ellas, los duques de Sussex también mostraron un poco más de su intimidad en California. Eso sí, lo hicieron a medias. Enseñaron sus gallinas, la granja que tiene el pequeño Archie o imágenes junto al pequeño en la playa, pero grabaron la entrevista en el jardín de un amigo. Una táctica de mostrar solo lo que interesa que han seguido en todo este último año en California. Todo, para preservar una vida privada por la que luchan incluso en los tribunales.