Una de las cuestiones que peor llevaba Meghan Markle durante su etapa como ‘royal’ era no poder hablar libremente sobre ciertos temas. Durante su etapa como actriz, la mujer del príncipe Harry utilizaba su popularidad para servir de altavoz a diferentes causas sociales. El racismo o el feminismo eran algunos de los temas que la duquesa de Sussex estaba acostumbrada a defender a través de sus redes sociales, de su blog o en entrevistas en medios de comunicación. Pero pertenecer a la corona británica implica que haya que dejar ciertos ideales a un lado, al menos a la hora de pronunciarse públicamente sobre ellos. Esta fue una de las razones que llevó al matrimonio a tomar la decisión de llevar a cabo el ‘Megxit’, ya que Meghan no estaba dispuesta a aguantar más tiempo sin apoyar públicamente algunas cuestiones, algo que es casi una necesidad para ella.
Esta semana, por fin Meghan ha visto esa necesidad más que cubierta. La mujer del nieto de Isabel II ha lanzado un discurso contra el racismo en el que se ha mostrado de lo más contundente. Lo ha hecho a raíz del asesinato afroamericano George Floyd a manos de la policía. Ya no hay nada ni nadie que impida a la exactriz pronunciarse al respecto de estos temas y posicionarse de forma clara. De ahí que en cuanto ha habido un acontecimiento en el que ha visto la oportunidad de utilizar su influencia para dar visibilidad, lo haya aprovechado. De alguna forma este discurso ha marcado un antes y un después en la nueva etapa de Meghan en Los Ángeles. Sus amigos aseguran que tras pronunciar estas palabras, “ha vuelto a ser la de antes”. Una afirmación con la que queda muy claro lo mal que se sentía al no poder hacerlo.
Una amiga de Meghan Markle ha asegurado que su entorno, al escuchar sus palabras sobre el racismo, ha sentido que “escucharla era como escuchar a la Meghan de siempre porque parece menos contenida y más ella misma, como cuando nos conocimos, mucho antes de que ella se convirtiera en parte de la familia real”. Con estas palabras de su amiga y con la actitud de Meghan durante el mensaje que ha compartido queda claro que poco a poco va encontrando su hueco y se va sintiendo cada vez más cómoda en esta nueva etapa en la que cuenta con el apoyo incondicional de su marido.
Porque si algo tenía claro Meghan al empezar esta nueva forma de vida era que no iba a dejar a un lado la defensa a estas causas y el apoyo a las organizaciones benéficas. En los últimos días ha sorprendido al incluir en una de ellas a su hijo Archie. La duquesa de Sussex ha contado que ha asumido el patrocinio de una perrera en su nombre y en el de su pequeño. De esta forma, con solo un añito, el primogénito de Harry y Meghan ya comienza a formar parte de iniciativas solidarias.