La decisión de Harry y Meghan de retirarse de la familia real británica está teniendo muchas consecuencias y no solo a nivel laboral. También a nivel personal hay cuestiones que se están viendo afectadas. Para los duques de Sussex este paso que han dado supone un cambio de vida en muchos aspectos. Uno de ellos es que pasarán largas temporadas en Estados Unidos, el lugar en el que Meghan se siente bien y donde está rodeada de la gente que quiere. Que vayan a vivir lejos de Reino Unido durante meses es algo que ha truncado uno de los deseos que Kate Middleton tenía para este 2020.
La duquesa de Cambridge confesó a finales de año que uno de sus propósitos de Año Nuevo era que sus hijos George, Charlotte y Louis pudieran pasar más tiempo con su primo Archie Harrison. Desde que el bebé de Harry y Meghan nació hace ocho meses, los pequeños apenas han pasado tiempo con él. Pasaron las vacaciones de verano y de Navidad separados y de momento no han disfrutado de su infancia juntos. De ahí que Kate, con el objetivo de volver a unir a la familia y queriendo que los conflictos familiares no afectaran a los pequeños más de lo necesario, intentara juntarles más.
A partir de ahora la vida de Archie va a ser muy diferente a la de sus primos. George, Charlotte y Louis van a clases en Londres, tienen una educación muy estricta, deben acudir a algunos actos familiares y oficiales, tienen títulos de príncipe y princesa y pertenecen a la familia real británica. Por el contrario, la educación de Archie no va a ser tan protocolaria, no tiene ningún título que tenga que ver con la realeza y vivirá en una cultura distinta. De esta forma afecta a los pequeños de los Windsor la decisión de Harry y Meghan de no seguir formando parte de la corona británica.