Apenas dos días ha estado Meghan Markle en La Haya. En la que ha sido su primera visita a Europa desde que decidió junto al príncipe Harry dejar atrás la casa real británica, la duquesa de Sussex ha estado en Europa poco más de 48 horas, frente a su marido, que sí que se quedará durante todos los juegos Invictus, por lo que sumará cuatro días más lejos de su mansión de Montecito.
En concreto, Meghan Markle aterrizó en La Haya hace ahora dos días, después de hacer escala en Reino Unido para mantener una reunión secreta con la reina Isabel II, y apenas 48 horas después ya ha cogido un vuelo dirección a Estados Unidos. Un regreso anticipado que tendría una gran razón de peso: sus hijos.
Meghan Markle, con un traje blanco de Valentino en La Haya
Según ha explicado un veterano de guerra en declaraciones recogidas por la revista ‘Hello!’, Meghan Markle aseguró en un acto público en el que había niños que le recordaban mucho a los suyos. “Dijo que quería estar con niños porque extrañaba a los suyos”, ha explicado el hombre.
Por ello, no sería de extrañar que la duquesa de Sussex haya decidido poner rumbo a Estados Unidos antes de su marido para poder reunirse con los más pequeños de la casa, Archie Harrison y Lilibet Diana, quien previsiblemente se habrían quedado al cuidado de su madre, Doria Ragland.
Este, además, es el viaje más largo que la pareja ha realizado sin sus hijos en mucho tiempo. Es más, cuando todavía formaban parte de la familia real británica, Meghan y Harry protagonizaron un viaje oficial a Sudáfrica al que se llevaron al pequeño Archie para así no tener que separarse de él. En esta ocasión, en cambio, han decidido separarse aunque sea por unos días, por lo que los niños se han quedado en su chalet de Montecito, al que ya se dirige la duquesa para reencontrarse con ellos lo antes posible.