Meghan Markle, en el punto de mira: el cambio inesperado a sus planes de vida

El anuncio del cáncer de Carlos III lo ha cambiado todo en la familia real británica. Existe un miedo generalizado por lo que pueda pasar con el futuro del Rey y en Reino Unido comienzan a hablar de las posibles opciones. Por el momento Camila y Guillermo se han repartido algunas de las tareas de la agenda real, aunque será ella el papel institucional de reina en cualquiera de los casos. Además, Harry ya se encuentra en Londres para apoyar a su padre, un viaje que ha trastocado todos los planes a Meghan Markle. Y es que los duques de Sussex llevan distanciados de la corona británica desde que se mudaran a Estados Unidos en 2020. Una decisión que marcó un antes y un después en la vida de todos, pero sobre todo en los de la pareja, que fue casi repudiada de cualquier tipo de relación con el resto de miembros reales. 

Lo cierto es que Meghan Markle y el príncipe Harry no podrían estar más asentados en Estados Unidos. Desde que decidieron irse de Reino Unido, hace ahora ya cuatro años, los duques de Sussex han dado muestras en público de estar encantados con su vida en Montecito (California) y su papel como embajadores de diferentes causas. Tan felices están al otro lado del charco que la actriz no se plantea (o planteaba hasta ahora) bajo ningún concepto regresar al país natal de su marido. De hecho, el experto real Tom Bower aseguró hace dos años a 'The Sun', la mujer de Harry "no tiene intención de regresar" a un país donde ya no era "bienvenida". Algo que no parecía importarle lo más mínimo hasta ahora que su esposo ha regresado para al menos visitar a su padre.

Ahora, padre e hijo van a tener oportunidad de reunirse en la intimidad y no tienen en el frente el hecho de tener que hacer alguna aparición pública que vaya a ser de lo más comentada. Una forma de restar presión a una situación que podrían vivir con más calma y cariño que nunca. Porque pese a los gestos de los últimos años, en los que la polémica ha estado presente, este paso al frente de Harry bien podría suponer ese punto de inflexión en el que ambos pusieran por delante el hecho de ser padre e hijo y dejaran en un segundo plano sus roles institucionales y sus desavenencias.

No sabemos muchos más detalles sobre si Harry se queda o no en la casa familiar o cuándo tiene previsto regresar a Estados Unidos, pero si la situación se complica su estancia en Londres podría alargarse para cuidar a su padre. Algo que sí que daría un giro inesperado en la vida de la pareja. La pregunta es clara. ¿Viajará Meghan Markle junto a su marido en algún momento? La respuesta no se sabe con certeza, aunque todo apunta a que por ahora permanecerá al otro lado del charco junto a sus hijos. Y es que de sobra es sabido que la relación entre la actriz y su familia política no la más idílica. Eso sí, quizá esta enfermedad consiga que limen asperezas si es que decide acudir a Londres para ver y apoyar a su suegro.

Meghan Markle y Harry en su vida en Estados Unidos. 

Meghan, desesperada por huir de Londres

Lo cierto es que Meghan vivió una situación límite y siempre estuvo desesperada por escapar del Reino Unido. De hecho, la prensa británica siempre dijo que estaba dispuesta a mudarse a cualquier país de la Commonwealth con tal de alejarse de allí. Y aunque se comprometió con cumplir las tareas reales la actriz dijo que quería ganar su propio dinero. "Solo por existir estábamos alterando la dinámica de la jerarquía. Así que dijimos: 'Vale, está bien, salgamos de aquí felizmente'. Eso, por la razón que sea, no era algo que se nos permitiera hacer, aunque varios otros miembros de la familia estaban haciendo exactamente eso", comentó. 

Para colmo, las últimas noticias que existen sobre la relación entre Meghan y su suegro no son nada positivas, ya que al parecer el monarca inglés se habría enfadado con la mujer de su hijo el pasado mes de noviembre cuando él cumplía 75 años y Harry aprovechó para realizar una videollamada a su padre. En ese momento ambos trataban de acercar posturas tras la publicación de sus memorias (en las que no habla precisamente bien de su progenitor ni de Camila), y ese vídeo familiar trascendió a la esfera pública. Desde la Casa Real británica informaron que se trataba de una conversación del ámbito privado. Sin embargo, la filtración provocó el disgusto por parte de Carlos III, que culpó directamente a su nuera.