¡Es evidente! Meghan Markle no quiere ni oír hablar de su padre ni de nadie que tenga que ver con él. La duquesa de Sussex ha excluido a toda su familia paterna no solo de la exclusiva lista de invitados al bautizo de su hijo, previsto para el próximo sábado 6 de julio, sino también de la vida del recién nacido.
La actriz no perdona a Thomas Markle todas las acusaciones públicas que ha lanzado sobre ella, las imágenes que filtró a la prensa y la exclusiva que hizo hablando de los problemas familiares.
Un amigo íntimo del príncipe Harry reconocía al diario Daily Mail que "La fractura es total. No tiene arreglo". Al parecer, Meghan quiere proteger al pequeño Archie, y para ello le es suficiente con el apoyo incondicional de su madre, Dora, y su grupo más íntimo de amigos.
Aunque por primera vez en la historia de la familia real británica no va haber informaciones sobre quiénes son los padrinos del niño, todo parece indicar la tenista Serena Williams puede ocupar ese lugar, una de las mejores amigas de la joven y confidente en estos difíciles momentos. Los duques de Sussex han anunciado que se tratará de una ceremonia muy íntima a la que solo asistirán 25 personas.