En las pedidas de mano de los miembros de la monarquía británica siempre ha habido un protagonista más allá de la pareja, el anillo de compromiso. La de Harry y Meghan tuvo lugar en noviembre de hace dos años. Si algo llamó la atención de la joya elegida por el duque de Sussex fue que se trataba de un diseño nuevo. Mientras que su hermano optó por regalarle a Kate Middleton el mismo anillo de compromiso que su padre el príncipe Carlos le había regalado a Diana de Gales, Harry prefirió decantarse por una pieza nueva diseñada por él mismo.
Pese a no ser una joya perteneciente a la familia, el príncipe Harry quiso añadirle un valor sentimental a través de algunos detalles. Añadió al anillo dos diamantes pertenecientes a la colección Diana en homenaje a su madre. Incluyó un tercero que él mismo escogió en Botsuana, un lugar muy especial para los duques de Sussex ya que allí vivieron sus últimas vacaciones antes de comprometerse.
Meghan se mostró encantada con la joya que su actual marido eligió para su compromiso, aunque ahora ha decidido rediseñarla. La duquesa de Sussex se encuentra de baja maternal, pero hace dos semanas quiso acudir al Trooping the Colour, una de las celebraciones oficiales del cumpleaños de la reina Isabel II. Allí lució la pieza con algunos cambios.
Cuando lo lució por primera vez el anillo, además de por los tres diamantes, estaba compuesto por una banda de oro elegida por Cleave and Company, la joyería oficial de la Casa Real Británica. Ahora Meghan ha decidido cambiarla por una banda de diamantes con la intención de lograr una joya más sofisticada si cabe.
Durante su última aparición lució otra joya que también llamó la atención. Se trata de otro anillo de diamantes, regalo de su marido con motivo del nacimiento del pequeño Archie, su primer hijo en común.