La historia podría repetirse. El día que se casó Eugenia de York, la relación entre las hijas de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés con Harry y Meghan se enfrió. Hasta ese momento las dos hermanas se llevaban muy bien con su primo Harry, pero ese día sucedió algo que les molestó mucho. El enlace de Eugenia de York coincidió con el anuncio del embarazo de Meghan Markle. De esta forma la duquesa de Sussex se convirtió en la protagonista absoluta del día, haciendo que la novia quedara en un segundo plano en uno de los momentos más importantes de su vida.
Por eso, cuando se anunció que la siguiente en pasar por el altar será Beatriz de York, los comentarios sobre que no le apetece nada invitar a los duques de Sussex a su boda siempre han estado presentes. Un rechazo a contar con ellos para este gran día que desde el ‘Megxit’ ha aumentado más todavía. El motivo es que desde que a principios de enero Meghan se marchó a Canadá, ya no tiene apariciones públicas. Por eso si el 29 de mayo decide acudir a Buckingham Palace para asistir a la próxima boda de los Windsor, todas las miradas irán hacia ella y hacia el reencuentro de Harry con su familia. Beatriz de York quedará entonces en un segundo plano.
A la hija de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés no le queda más remedio que enviarles la invitación a su enlace con Edoardo Mapelli. Aunque no quiera, su abuela Isabel II se llevaría un gran disgusto si no invita a Harry y Meghan a la boda, porque se lo tomaría como una falta de respeto y además el enlace es la oportunidad de la reina de Inglaterra de reencontrarse con su nieto y su mujer. Para lo que todavía hay que esperar es para saber si los duques de Sussex aceptan la invitación para estar a finales de mayo en Londres.