Harry y Meghan han dado la estocada final a la Familia Real Británica con su entrevista definitiva a Ophra Winfrey. Los duques de Sussex han repasado punto por punto como vivieron esa etapa en Londres, meses que la duquesa de Sussex ha definido como un auténtico infierno para ella.
Las dos horas de conversación han dado muchos titulares que daban la vuelta al mundo en minutos. Unos muy impactantes como por ejemplo la preocupación que se generó entorno al color de piel de Archie o la pelea que protagonizó con Kate Middleton, pero si hay algo que ha sorprendido a todos es que Meghan Markle llegó a tener pensamientos suicidas, una situación extrema que llevaron al matrimonio a tomar la determinación de alejarse de la Casa Real: "Ya no quería vivir más", le confesaba en un alarde de sinceridad a Oprah Winfrey.
La presión de la prensa y la falta de apoyo por parte de la familia real le llevaron a creer que su desaparición "sería lo mejor para todos". Embarazada de cuatro meses de Archie, Meghan se sinceró con su marido solo unas horas antes de su aparición pública en el Royal Albert Hall en enero de 2019 y le contó esos pensamientos que le atormentaban casi a diario: "Estaba avergonzada de admitir lo que me pasaba y al mismo tiempo, avergonzada de tener que decírselo a Harry por lo mucho que él había sufrido. Pero sabía que si no lo contaba, lo haría. Simplemente no quería estar viva. Era un pensamiento constante, muy claro, real y aterrador". Unas palabras que emocionaron a la presentadora.
Meghan Markle admitió que pidió ayuda a la familia real para que la protegieran ya que estaba en juego su salud mental pero la respuesta cambiaría el discurrir de las cosas: "No. No era posible", una decisión que dolió profundamente a Harry: "Nadie de mi familia salió públicamente a apoyarla", le reconocía con un profundo pesar a Winfrey. "Les dije que nunca me había sentido así y necesitaba ir a algún sitio. Me dijeron que no se podía, que no sería bueno para la institución". A partir de ese momento todo cambió y fue tras su viaje a Australia lo que desembocó todo.
La terrible noche en el Royal Albert Hall
Detrás de esa sonrisa impecable se escondía uno de los momentos más duros de su vida. En las imágenes, se puede ver cómo Harry sostiene su mano con fuerza: "Estábamos intentando aguantar", recordaba Meghan. La duquesa de Sussex rememoraba con suma pena que cada vez que se apagaban las luces del teatro no podía evitar romper a llorar: "Es importante recordar que uno no tiene ni idea de lo que le pasa al otro en la intimidad. Ni idea. Incluso la gente que sonríe y sonríe y brilla con más intensidad".