Es, sin duda, una de las monarcas europeas con más estilo, y sus apariciones públicas siempre dan mucho que hablar. Máxima de Holanda, a quien le gusta apostar por los colores vivos y los complementos elegantes, ha vuelto a deslumbrar en su viaje a Daca, una visita que realiza en condición de Secretaria Especial de Inclusión para la ONU y por la que permanecerá durante tres días en la ciudad asiática.
A su llegada ayer miércoles día 9 de julio, la monarca vistió con un look discreto y formal, un traje de chaqueta negro combinado con un blusa animal print y unos zapatos planos. Pero Máxima ha decidido hacer una inmersión total en Daca y en su segundo día de visita ha sorprendido con una elección mucho más llamativa de estilo hippy-chic.
Para la ocasión, Máxima ha escogido un vestido largo hasta los tobillos y vaporoso, con manga francesa y un estampado de flores en tonos rojos y anaranjados. El modelo, de manga francesa abullonada, pronunciado escote y son detalles de borlas blancas, lo ha combinado con un bolso que simulaba un saco de ganchillo con cadena fina dorada. En los pies, la monarca ha optado por unos zapatos de salón con tacón fino en colores rojo y nude.
Su elección, además de muy acorde a la visita que ha realizado, ha conquistado a las mujeres que ha visitado esta mañana. La reina holandesa trabaja para dar visibilidad y promover el acceso a servicios financieros a gente en riesgo de exclusión a través de su papel para la ONU. Por este mismo motivo, visitó un taller de diseño y costura de vestidos típicos de Bangladesh. Allí tuvo contacto de primera mano con Jharna Islam, propietaria de un pequeño negocio, con quien pudo charlar abiertamente sobre la situación de las mujeres en el país antes de fundirse en un emotivo y efusivo abrazo.
De nuevo, la reina holandesa muestra su cercanía y naturalidad, dos facetas que son muy valoradas tanto dentro de su propio país como a la hora de realizar sus viajes al extranjero.