"En mi calidad de Defensor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, presto especial atención al Objetivo 4, la educación. La educación accesible, inclusiva y de calidad, tanto para niños como para adultos, son las condiciones básicas para lograr lo Sostenible Objetivos de desarrollo. La educación de las generaciones actuales y futuras a través de una educación de calidad es crucial para abordar los desafíos mundiales y permitir una sociedad abierta, innovadora y justa".
Así firma la palabras desde la cuenta oficial de Instagram de la Casa Real belga la reina Matilde, un texto que acompaña con tres imágenes en las que la esposa del rey Felipe aparece rodeada de niños. Las instantáneas se publican con motivo el Día Internacional de la Educación y refuerzan aún más la labor solidaria en la que la soberana invierte cada año más tiempo de su agenda.
Con la infancia como principal público objetivo a la hora de hablar de educación, aunque no el único, son muchos los miembros de la realeza internacional que pasan parte del tiempo de sus agendas dedicados a diferentes causas sociales. Recientemente veíamos a la princesa Mette-Marit visitando una librería en Oslo en la que coincidía con una excursión escolar. La esposa de Hakkon de Noruega no dudaba en agacharse para charlar durante unos minutos con los pequeños-
Por su parte, Máxima de los Países Bajos compartía hace solo unos días una jornada de cocina con los miembros más jóvenes de Scouting Nederland, con motivo del 100º aniversario de la asociación. La cita tuvo lugar en De Kookerij, en Noordwijkerhout, y resultó una jornada de lo más animada y divertida. Días antes de Navidad, la soberana holandesa recibía en Palacio a unos visitantes muy especiales, a tres de los participantes del concurso televisivo Lang Leve de Muziek Show (Larga vida al espectáculo musical).
También los días previos al arranque de las Navidades Charlene y Alberto de Mónaco, muy involucrados con las causas sociales -sobre todo con las respectivas a la Cruz Roja-, inauguraban las fiestas navideñas con su tradicional ceremonia del árbol, una cita en la que los pequeños son protagonistas aunque, en esta ocasión, no contaron con la compañía de los mellizos Jacques y Gabriella. Sí se unían a un colegio nipón los hijos de los príncipes monegascos meses antes con motivo de su viaje a Japón. Ambos pasaron unas horas en un centro educativo del país oriental compartiendo con sus espontáneos compañeros risas y mucha diversión. Un paso más en su carrera hacia la soberanía en la que la solidaridad y la ayuda al prójimo es uno de los pilares que heredarán de la agenda de sus padres.