Mary Donaldson, la verdad de la reina de Dinamarca: cómo se miró en Letizia para construir su reinado

Cuando Mary Donaldson conoció a Federico de Dinamarca en el año 2000, ella trabajaba como abogada. No imaginaba que 23 años más tarde acabaría siendo reina

foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

Mary Donaldson y Letizia

Existen dos teorías acerca de cómo Mary Donaldson (51 años) y Federico de Dinamarca (55 años) cruzaron sus caminos, pero las dos tienen su origen en Sídney (Australia), lugar de nacimiento de la primera. Él era el hijo escandaloso de la reina Margarita y ella una abogada anónima de orígenes irlandeses. ¿La excusa para que dos mundos tan distintos colisionaran? los Juegos Olímpicos del año 2000. 

¿Cómo conoció Mary Donaldson a Federico de Dinamarca?

De estas dos versiones que circulan, una es más cinematográfica y es la que a ellos les gusta contar: empezaron a hablar, de la manera más casual en un pub. Ella estaba acompañada por unos amigos y él por otros miembros de las monarquías europeas, como la princesa Marta Luisa de Noruega. En esa charla animada, intercambiaron teléfonos y prometieron volver a verse. Después ella descubriría que tenía el contacto de, nada menos, ¡un príncipe! De guión de Hollywood. La otra versión, mucho menos romántica, sitúa a Mary Donaldson recibiendo una invitación para acudir a una cena en la que ella sabe, de antemano, que están invitados miembros de la realeza. Sea de una manera más planeada o de otra más casual, lo cierto es que de ese primer encuentro salieron muchos más.

Ella era natural, cercana y divertida. Y eso impactó en el príncipe, al igual que calaría en el pueblo danés. Y es que en Dinamarca, adoran a Mary. La hoy reina es muy querida por los daneses, que se dejaron llevar por esa historia, casi de película, de una sencilla abogada enamorándose de un chico sin saber que este era príncipe. 

Mary, Federico y Margarita de Dinamarca
GTRES

La reina Margarita no veía con buenos ojos a Mary Donaldson

Mary Donaldson, a pesar de proceder de una familia con orígenes europeos, lo cierto es que no sabía prácticamente nada ni de monarquías ni de todo con lo que tendría que asumir casi como propio una vez se comprometió con Federico. Y es que la abogada dejó atrás su vida y cuanto había conocido para abrazar una cultura que debía resultarle lejanísima, empezando, por el idioma. 

La relación entre Federico y Mary Donaldson marchaba fenomenal. Estaban ilusionados y él se escapaba siempre que podía hasta Sídney para verla. Ella también empezó a viajar a Copenhague y conocer aquello de lo que él le hablaba. Parecía la indicada. Pero a la reina Margarita, su futura suegra, no le terminaba de gustar. Esta actitud no era rara en ella. La monarca había descartado a las anteriores novias de su hijo mayor. No quería como futura consorte a una chica con pasado como modelo o como cantante o actriz. Ella deseaba emparentar con una joven aristócrata o, si era posible, de otra familia real. A pesar de estar chapada a la antigua, a Margarita no le quedó otra que acabar aceptando de mayor o menor agrado a Mary, que no tenía un pasado escandaloso y lo único a lo que se había dedicado era a estudiar y a trabajar. Así, que al final, tuvo que comulgar con ella. 

Con la aprobación de la reina, Mary Donaldson se preparó a conciencia para su fututo papel. En 2002 se establece en Dinamarca y se dedica a estudiar danés. Y no solo eso, también debe convertirse a la iglesia Luterana. Son meses de muchísima información para llegar a tiempo para las fechas fijadas. En 2003 se anuncia el compromiso y unos meses más tarde, ya en mayo del 2004 se produce el gran enlace a través del cual la abogada que no sabía nada de monarquías se convierte en princesa de Dinamarca. 800 invitados, miembros de todas las casas reales y un montón de anónimos en las calles presos de la ‘Donaldsonmanía’ que recién comenzaba. 

Letizia, Felipe, Federico y Mary
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Mary Donaldson y Letizia, caminos paralelos

Las similitudes que surgieron entonces con Letizia fueron constantes. Las dos plebeyas, mujeres con sólidas carreras, independientes y muy profesionales, se iban a convertir en princesas; algo que, muy probablemente, jamás imaginaron para ellas mismas. Si Mary era abogada, Letizia era periodista; tan solo que la asturiana lo tuvo más fácil puesto que, al menos, dominaba el idioma. De ambas se dudó, pero ambas, con el tiempo han demostrado con creces que pueden ser las mejores representantes para la corona; que pueden ejercer su trabajo con una profesionalidad maravillosa y, además, conseguir que todos los ciudadanos las sientan como algo cercano. De aquella animadversión primera, ya no queda ni rastro. Mary Donaldson se ha ganado a pulso su posición en la corona danesa. Su suegra, la reina Margarita la valora y reconoce que será una estupenda monarca.