Marie de Dinamarca más clara y contundente que nunca: "Quejarse es inútil"

La mujer del príncipe Joaquín se ha sincerado sobre cómo lleva la fama de ser miembro de la Familia Real danesa

Marie de Dinamarca
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Hace unos meses Joaquín de Dinamarca, hermano del príncipe heredero Federico, decidió mudarse a vivir a París con su familia, una decisión que no sentó demasiado bien a los daneses. La razón estaba clara, ya que el hijo de la reina Margarita se marchó de su país de origen sin renunciar a la asignación que le corresponde por ser miembro de la Familia Real.

Los ciudadanos se cuestionaban el gasto innecesario de que el royal viviera en un país extranjero, situación gracias a la cual se excluye de la mayoría de los actos oficiales que como miembro de la Casa Real le corresponden. La polémica alcanzó tal dimensión que incluso el Parlamento llegó a discutir si era justo o no seguir pagándole su sueldo, un problema que se agravaba aún más con el deterioro de la relación entre los dos hermanos, Joaquín y Federico.

Joaquín y Marie de Dinamarca
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Ahora, es posible comparar la situación de los duques de Sussex con la del príncipe y su mujer Marie que, al igual que ellos, parecen haber encontrado más comprensión en el extranjero que en su país y en la propia Familia Real. Pero a diferencia de Harry y Meghan, que han pasado un año complicado por la presión mediática que han vivido, los daneses han optado por tener una actitud muy diferente ante estas críticas.

La princesa ha hablado en una reciente entrevista concedida a la revista Paris Match sobre cómo se ha sentido con motivo de la presión social que viven en la actualidad. Que "se la observe y critique constantemente, algo de lo que Meghan Markle se ha quejado", no es algo que le quite el sueño a Marie de Dinamarca. "Quejarse es inútil", asegura, por lo que prefiere hacer oídos sordos y continuar con su vida sin que las palabras le afecten demasiado.

Marie de Dinamarca
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Según confesaba, ella prefiere evitar cualquier polémica "exponiéndose solo cuando es necesario". "Sigo siendo la misma. Simplemente disimulo ciertos aspectos de mi personalidad según la ocasión", aseguraba contestando a la pregunta de si las mujeres que al igual que ella desempeñan un rol público deben sacrificar su propia personalidad.

Unas declaraciones que nada tienen que ver con las de Meghan Markle: "He intentado adoptar la flema británica. De verdad que lo he intentado. Pero creo que lo que hace por dentro esa impasibilidad es realmente dañino", explicaba la cuñada de Guillermo de Inglaterra.