Letizia y Sofía, duelo de reinas en Mallorca: Sus gustos y diferencias más notables, al descubierto

La emérita llegó a formar con Juan Carlos I la pareja más icónica de las monarquías europeas, mientras que la esposa de Felipe VI siempre ha estado en el foco por su estilismo

Álex Ander
Álex Ander

Periodista especializado en corazón y crónica social

Felipe, Letizia y Sofía
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Basta echar un vistazo a la bendita hemeroteca para saber que la reina Sofía (84 años) siempre fue de esas mujeres que procuran ser fieles a su propio estilo. Un ejemplo muy ilustrativo es su característico pelo casco, un tipo de peinado hueco y rígido que nunca ha querido cambiarse, pese a lo poco favorecedor que resulta en alguien que, como ella misma ha reconocido, tiene la cabeza algo grande. “No quería cambios", confesó una vez uno de sus peluqueros. "Argüía que la reina de Inglaterra siempre llevaba el mismo peinado por los perfiles de las monedas, que el pelo hueco le ayudaba a sujetar las tiaras. Aun así, le propuse un aire más desenfadado y juvenil…”.

La madre de Felipe VI también ha sido reacia a innovar en el tema de la vestimenta, algo que la distancia sobremanera de la reina Letizia (51 años). Según un reportaje de investigación publicado en su día en la revista Tiempo, doña Sofía siempre ha sentido predilección por la ropa prêt à porter, "modelos elegantes, pero discretos y modernos, aunque dentro de una línea clásica. Le gustan los trajes de chaqueta, a los que cita como 'los más cómodos'. No usa guantes, utiliza casi siempre zapatos de tacón alto, viste pantalones vaqueros solo en vacaciones, y no le entusiasman en manera alguna los abrigos de pieles".

Reina letizia y Sofía
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Además, desde su llegada a España confió su guardarropa a modistos locales como Elio Berhanyer, al que solía visitar en su taller de la calle Ayala de Madrid. "Su mejor virtud vistiendo es la de estar por encima de las modas en el sentido más estricto de los vaivenes y caprichos de la temporada", afirmó una vez el cordobés, fallecido en 2019. "No le importa, en absoluto, repetir modelos que ha adquirido en temporadas anteriores. Una mujer que siempre va vestida a la última moda es una mujer que no tiene seguridad en sí misma".

El pasado y presente de la reina Sofía

La periodista Pilar Eyre opina que, con traje de gala, corona y el rey al lado, Sofía y su marido llegaron a ser la pareja más icónica de las monarquías europeas. Don Juan Carlos lo sabía y, por eso mismo, a la hora de las fotos o el besamanos en las ceremonias en el Palacio Real, se colocaba junto a ella y permanecía "pacientemente a su lado", aunque después huyera despavorido, como queriendo dejar claro que Sofía seguía siendo la reina, pero ya no su mujer.

Aquella imagen de Sofía, tan regia, empezó a relajarse con la llegada a la familia real de Letizia. "[Desde entonces] Se pone la misma ropa informe y poco atractiva de las señoras de mediana edad que quieren estar cómodas y no elegantes, y lleva multitud de collares, amuletos, piedras de Mauritania, ojos de tigre, huevos de Pascua colgados del cuello o de las muñecas hasta parecer una excéntrica señora inglesa aficionada al ocultismo", cuenta Eyre en las páginas de su ensayo. "Porque Sofía no sabe exactamente cómo popularizarse, no lo lleva en su código genético, le resulta imposible".

Con la edad, añade su biógrafa, la emérita "ha agudizado su aspecto griego". Le gusta hablar el idioma y ha pasado muchos años viajando con frecuencia a París y a Londres para ver a su amiga íntima Tatiana Radziwill—que también es su prima segunda— y a su hermano Constantino—el último rey de los griegos, fallecido en enero de 2023—. Allí en la capital británica se solía permitir el lujo de poder hacer compras de forma tranquila en establecimientos y grandes almacenes como Harrod's o Selfridges —algo que empezó a cambiar cuando los medios se hicieron eco de que Juan Carlos solía sacar importantes sumas de dinero en efectivo de su cuenta en Suiza en vísperas de Navidad, para que toda la familia pudiera recibir y hacer regalos—.

Letizia y Sofía
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La adicción a las compras de Letizia y Sofía

La emérita también es asidua al Rastrillo Nuevo Futuro, cuyo dinero recaudado está destinado a una ONG dedicada desde hace 50 años a la protección de la infancia y la adolescencia. En 2019 se dejó ver allí acompañada de su nuera Letizia, con la que solo unos meses antes había protagonizado un enfrentamiento en la catedral de Palma de Mallorca, luego de la celebración de la misa de Pascua. “Es muy gastona”, confesó una vez su cuñada, la infanta Pilar de Borbón. Algo que también coinciden en señalar los que han tratado de cerca a Sofía, una mujer marginada por su marido y preterida por sus hijas que volcó todo su amor en su hijo Felipe, por el que siente devoción, y encontró en lo de ir de compras una vía de escape a la soledad.

También le van las experiencias de shopping a Letizia, aunque ella es más de comprar ropa online y se decanta por piezas low cost que, en su mayoría, están al alcance de todos. "La Reina y sus hijas compran mucho por internet", escribió al respecto Beatriz Miranda en una de sus columnas. "Me consta que lo hacen a menudo, siempre pican en marcas españolas que seguro les salen anunciadas en sus cuentas de Instagram, que las tienen seguro. En eso hacen mucho por este país. No sólo compran vestidos y zapatos, también accesorios como pendientes de CooLook, firma de la mallorquina Mar Aldeguer de la que también es fan Máxima Zorreguieta".

Sin embargo, ambas coinciden cuando se trata de visitar los rastrillos durante sus días de vacaciones en Palma de Mallorca. Complementos como pendientes o bolsos hechos a mano forman parte de sus compras favoritas, adquisiciones que repiten cada año durante sus paseos por la isla balear.

La reina Letizia, un icono de estilo internacional

Prácticamente desde que puso un pie en Zarzuela, Letizia está considerada un icono de estilo y modernidad. Hasta el punto de que, como bien señala Leonardo Faccio en su libro 'Letizia, la reina impaciente'  la popularidad de las noticias sobre la Casa Real depende hoy más "de la ropa que la reina lleva puesta que de su función política". El autor recuerda que, se ponga lo que se ponga, sea una baratija o un modelo lujoso, la esposa de Felipe VI hace que las mujeres corran a comprarlo: "La realeza ha marcado siempre un patrón de estilo asociado al lujo y la exclusividad [...]. La reina Letizia, por su origen plebeyo, no solo produjo un espejismo de ascenso social. Elevó la reputación de lo barato y la variedad de su guardarropa se ha convertido en la extensión del de otras mujeres. Con un vestido de Zara a precio de saldo, cualquier mujer puede lucir como ella y, gracias a estos gestos, crea la ilusión de ser más próxima que inalcanzable".