Camilla de Cornualles ha vivido una semana clave después de que el pasado domingo Isabel II confirmara públicamente su deseo de que su nuera ostente el rango de reina consorte cuando su hijo se convierta en rey. Un histórico momento que tendrá lugar el día en el que la actual monarca fallezca y en el que la mujer del príncipe Carlos tiene un claro espejo en el que mirarse: la reina Letizia.
Al igual que ocurrirá con Camilla de Cornualles en el futuro, doña Letizia se convirtió en la reina consorte el 19 de junio de 2014, el mismo día que el rey Felipe fue proclamado rey. Un papel que, en su caso, nunca estuvo rodeado de polémica, como sí que ha ocurrido con la mujer del príncipe Carlos, ya que muchas eran las personas en Reino Unido que pensaban que debía ostentar el título de princesa consorte, el mismo que tuvo el duque de Edimburgo.
Como en el caso de Camilla de Cornualles, doña Letizia se convirtió en la primera reina consorte divorciada de la historia del país. Esta no es su única similitud que lo mujer del príncipe Carlos, quien llegado el momento también tendrá dignidad de reina y tratamiento de majestad. Esta última, eso sí, tendrá una coronación como tal, algo que en el caso de la mujer de Felipe VI no tuvo lugar.
La Reina Letizia, junto a Felipe VI, el día de su proclamación como rey
Su experiencia dentro de las casas reales también ha sido muy similar, ya que sus llegadas causaron cierto revuelo. En el caso de la reina Letizia, sus tiranteces con la familia de su marido y el hecho de que estuviera divorciada hicieron que, al principio, las críticas se centraran en ella, aunque con su buen hacer ha conseguido posicionarse como uno de los miembros más populares de Zarzuela.
Por su parte, Camilla de Cornualles tuvo que hacer frente en un principio a la negativa de los miembros de la casa real británica a que se casara con el príncipe Carlos, además de las críticas de la sociedad británica y los medios del país, que no dudaron en compararla una y otra vez con Lady Di. Es precisamente Diana de Gales la razón por la que muchos pensaban que debía ostentar el título de princesa, como honor a su memoria.
Eso sí, hasta llegar a este momento, sus experiencias han sido muy distintas. La reina Letizia ascendió al trono como consorte tras la abdicación del rey Juan Carlos, mientras que Isabel II no se plantea dar este paso en ningún momento, por lo que Camilla de Cornualles tendrá que esperar hasta su muerte. Un tiempo en el que tendrá la oportunidad de fijarse en como la consorte española ha conseguido posicionarse como uno de los valores seguros de la institución, pese a todos los problemas.