Letizia: diferencias y similitudes de su despacho con el de la reina Matilde de Bélgica

El confinamiento en Europa nos ha permitido "entrar" en las residencias de la mayoría de las Casas Reales que, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, han gestionado gran parte de sus agendas desde sus despachos. De esta manera, los royas dejaban al descubierto sus despachos y espacios de trabajo que, en algunos casos, han evolucionado durante estas últimas semanas.

Tal y como han demostrado, la Familia Real belga ha sido una de las que más han salido "al exterior", continuando con una atención presencial a sus compromisos, pero tomando en todo momento las medidas de seguridad necesarias: mascarillas y guantes, así como distancias prudenciales y contacto cero. Por este motivo, no ha sido habitual ver a Felipe y Matilde de los belgas trabajando desde sus respectivos despachos.

Pero esta misma semana los monarcas compartían unas imágenes atendiendo una reunión virtual juntos desde el Palacio Real de Bruselas. Tanto Felipe como su esposa han mantenido una charla con los gobernadores del país en sus respectivas provincias, con el objetivo de mantener y fortalecer un vínculo esencial para garantizar la aplicación de medidas de contención.

Era entonces cuando hemos podido comprobar la sobriedad y el minimalismo que "reina" en su espacio de trabajo. Poco más que una gran mesa redonda con dos sillas y una enorme pantalla presenciaban la entrevista online. Los dos reyes de Bélgica se han sentado muy cerca, y han dejado ver que, detrás de su computadora, se esconde un "pequeño" despacho que consta de dos mesas cubiertas con manteles blancos y un pequeño ordenador conectado a la pantalla. Dos grandes ventanales y mucha discreción, a pesar de las extensas dimensiones de la sala. No hay cuadros, ni detalles decorativos a excepción de una pequeña escultura tras ellos. Lo que indica que no pasan demasiado tiempo en esta estancia.

Si comparamos con los despachos de los reyes Letizia y Felipe, la diferencia es abismal. La primera comparte con los monarcas belgas la sobriedad de su espacio, sin embargo opta por el color blanco como predominante en la decoración. Su mobiliario es más moderno y, además de tener más sillas alrededor de su mesa, también aprovecha la luz exterior gracias a sus grandes ventanas. Los escasos elementos decorativos crear la sensación de que se encuentra en una estancia más grande.

Por su parte, el rey Felipe parece haberse convertido en el más clásico de los royals, con la madera como material principal tanto en el suelo como en el mobiliario. Las obras de arte y los libros son los elementos decorativos predominantes, con un retrato de Alfonso XII presidiendo la estancia. Al igual que la reina Máxima, tiene una chimenea dentro de su estancia, además de una reconocida obra de Salvador Dalí, un globo terráqueo y varias fotografías familiares. Estos retratos tan entrañables no faltan en ninguno de los despachos "reales".