Leonor ha crecido a la vista de todos pasando de niña a adolescente casi sin darnos cuenta. De su gran debut como heredera en los Princesa de Asturias en Oviedo de hace unas semanas hasta este lunes con su segundo discurso en catalán en los Princesa de Girona en Barcelona, la hija mayor de los reyes, don Felipe y doña Letizia, está experimentando una auténtica revolución, y más allá de su papel institucional, también estilísticamente hablando.
Su presencia en Barcelona ha dado un paso más en sus firmes pasos como Princesa de Asturias, y todo ello con sus padres y su hermana, la infanta Sofía, muy cerca. La primogénita de Felipe VI, que acaba de cumplir 14 años, ha brillado en este acto con un vestido de tejido tweed de color rojo -un color con el que ha hecho un clarísimo guiño a su madre- con botones dorados, una combinación con la que definitivamente deja atrás su más tierna infancia, y ha peinado su melena rubia con las ondas que tanto le favorecen y que, casi sin querer, se han convertido en el peinado estrella de las grandes ocasiones. Además, se ha puesto unos pendientes de aro, sus favoritos, pero de un tamaño más grande y llamativo.
Pero hay más. El 2019 marcará un antes y un después en la vida de Leonor y no solo por el ritmo frenético que su vida institucional está cogiendo. Es el año en el que la hija mayor de Letizia se ha convertido en toda una mujercita que incluso coquetea con el maquillaje, y así lo hemos visto en Barcelona donde, por primera vez, con máscara de pestañas y un toque de un gloss muy sutil en los labios.