La lección de estilo de Carolina de Mónaco y Carlota Casiraghi con pantalones sobre la alfombra roja del Festival de Cannes

Carolina de Mónaco ha vuelto a dar una lección de estilo con pantalones sobre una alfombra roja, tip que copiaba su hija Carlota solo 24 horas después

Rebeca Alonso

Redactora digital de Lecturas

Actualizado a 21 de mayo de 2023, 21:06

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Esta es la tercera vez que vemos a Carlota Casiraghi (36 años) sobre la alfombra roja del Festival de Cannes, pero esta vez le ha salido una serie competidora: nada más y nada menos que su madre, Carolina de Mónaco (66 años).

Considerada una de las royals más elegantes del mundo, la hermana de Alberto de Mónaco no ha defraudado a su llegada a La Croissette. Ni vestidos de gala, ni faldas de ensueño… Carolina ha arriesgado y ha triunfado con su apuesta en pantalones. Fiel a Chanel, la princesa optó por un dos piezas compuesto por una chaqueta de tweed con acabado metalizado y sin solapas que se ajustaba a la perfección a su silueta, una auténtica joya clásica que nunca pasa de moda y que en esta ocasión combinó con unos pantalones de pata de elefante en color blanco, que en algún momento podía dar lugar a equívoco con una falda larga por la amplitud de la prenda. Una alternativa que a muchos ha chirriado, por el evento en el que se encontraba, pero que para muchos otros ha confirmado que su buen gusto por la moda va más allá de ‘dress code’.

La madre de Carlota Casiraghi completó su outfit con salones plateados con puntera negra y tacón ancho de Chanel y bolso con cadena blanco, también de la maison francesa.

Carolina de Mónaco en Cannes

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Carolina de Mónaco no estaba sola, la princesa asistió al estreno de la última película de Martin Scorsese, 'Killers of the flower moon’ acompañada de su amiga íntima y consuegra, Carole Bouquet, madre de Dimitri Rassam. La cineasta estaba radiante con un vaporoso vestido de color negro con mangas semitransparentes, escote en V y gran lazo a la cintura que le sentaba a las mil maravillas.

Tras ellos, hacían su aparición estelar Carlota Casiraghi y su marido, Dimitri Rasam. Esta ha sido la segunda ocasión en la que el matrimonio francés ha presumido de su amor frente a las cámaras, una reunión familiar que deja constancia del buen rollo que existe entre todos ellos.

De vuelta a los estilismos, Carlota Casiraghi nos ha regalado un total de tres estilismos cargados de elegancia, tendencias y sofisticación. Una apuesta segura a la moda más actual con la que ha reafirmado que nadie mejor que ella para heredar el estilo de su madre.

Carlota Casiraghi y Dimitri Rasam en el Festival de Cannes

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Del jardín en 3D a las transparencias y los pantalones: Los 3 looks de Carlota Casiraghi en Cannes

Si en su debut esta edición optó por un precioso vestido de satén azul decorado con flores 3D en mangas y escote, este fin de semana iba a más con su versión más sensual gracias a un diseño de tirante fino y transparencias compuesto por un cuerpo joya con mariposas bordadas que se fusionaba con una vaporosa falda con volantes en color rosa empolvado que dejaba entrever buena parte de su silueta. Una creación firmada por Chanel que no dejó indiferente a nadie.

La princesa de Mónaco cuidó cada detalle de su estilismo al máximo. A los pendientes de perlas rosas, los zapatos bitono y el bolso acolchado en color blanco, dibujó sobre sus uñas el icónico logo de la maison francesa a modo de homenaje a la firma con la que tiene un vínculo más allá de lo profesional.

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Sin embargo, parece que la apuesta más arriesgada la tenía prevista para la tarde de este domingo. Carlota, esta vez en solitario, aparecía sobre la alfombra roja con un dos piezas con el pantalón de satén como gran aliado.

Siguiendo los pasos de su madre, la sobrina de Alberto de Mónaco recurrió a un elegante pantalón satinado en color negro que combinó de forma impecable con una camisa metalizada de corte oversize y botones joya que llevaba con las solapas subidas e incluida por dentro para acentuar su figura. Carlota ha cerrado este lookazo con unos sencillos salones, también negros, y un peinado wet de lo más favorecedor que ponía la guinda al estilismo. No faltaba un bolso de tweed a juego y pendientes de diamantes.

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