Tras más de dos años de parón por el coronavirus, las tiaras y los vestidos largos vuelven al palacio de Buckingham. La casa real británica va a vivir una semana clave a nivel internacional, con el viaje de Estado del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, y su esposa, Tshepo Motsepe, quienes pasarán dos días en el país. Una visita que no solo va a ser la primera desde que estalló la pandemia, sino que también va a suponer el estreno como rey de Carlos III, ya que, casi tres meses después de la muerte de Isabel II, ejercerá como anfitrión.
Entre la cantidad de actos que se van a organizar en Reino Unido en honor al anfitrión, la casa real británica va a celebrar una cena de Estado que tendrá lugar este próximo martes 22 de noviembre en el palacio de Buckingham. Una cita en la que la reina Camilla y Kate Middleton tendrán la oportunidad de lucir sus mejores galas y optar por algunas de las piezas más valiosas del joyero real.
Tanto para Camilla como para Kate, esta cena supondrá su estreno en una cena de gala como reina y princesa de Gales, respectivamente. Por ello, una de las grandes incógnitas es la tiara que utilizarán para este gran día, aunque todo apunta a que no habrá un gran despliegue debido a que la muerte de Isabel II todavía es muy reciente.
En el caso de Kate Middleton, podría optar por una de sus tiaras favoritas, la diadema Cambridge Lover’s Knot. Se trata de una pieza que la princesa Diana llevó en numerosas ocasiones y que se ha convertido en una de sus predilectas. En este caso, la última vez que la lució fue en 2019 para asistir a una recepción ofrecida por Isabel II en el palacio de Buckingham.
No obstante, Kate tiene en su joyero otras tiaras que también se podría poner, como es el caso de la Halo de Cartier, una pieza confeccionada por esta joyería en 1936 como regalo de Jorge VI a su esposa, la reina madre, y que la princesa de Gales lució el día de su boda con el príncipe Guillermo.
También podrá lucir la tiara de Flor de Loto, que ya ha llevado con anterioridad en público, o algunas de las joyas que pertenecían a Isabel II, como la de la gran duquesa Vladimir o la de las damas de Irlanda y de la Gran Bretaña.
En el caso de Camilla, también tiene a su disposición el joyero de Isabel II, aunque todo hace pensar que apostará por la sobriedad. De hecho, la mujer del rey Carlos III podría elegir la tiara Creville, creada en 1920 por la joyería Boucheron. Todo en un día que seguro será inolvidable para los miembros de la familia real británica.