El pasado mes de febrero, la reina Isabel II destituyó a su nieto, el príncipe Harry, como patrono de la Rugby Football League y para ocupar ese cargo eligió a la mujer de su nieto Guillermo, Kate Middleton. La actual princesa de Gales, que por aquel entonces era aún duquesa de Cambridge, aceptó de muy buen grado la decisión de la soberana, ya que es una entusiasta del deporte, de hecho, ha practicado el rugby, así que nadie mejor que ella para ser la cabeza de esta institución deportiva.
Hasta el momento, sin embargo, Kate no había tenido ocasión de debutar en este nuevo cargo. Fue ayer cuando, por primera vez, asistió a un partido de la Copa del Mundo de rugby, entre Inglaterra y Papúa-Nueva Guinea, que se disputó en el estadio de los Wigan Warriors, al norte de Inglaterra. Sí había asistido previamente a un encuentro al que llevó a su hijo mayor, George, pero no lo hizo en calidad de patrona de la asociación.
Impecable con un abrigo rojo (el color de la selección) de Alexander McQueen, que ya ha lucido en anteriores ocasiones, Kate desafió a la lluvia y, sobre el césped, saludó uno a uno a los jugadores de ambas selecciones, así como a varios niños que acompañaban a sus ídolos deportivos. Ya en el palco, la princesa de Gales no ocultó su entusiasmo y comentó con sus acompañantes muchos lances del encuentro. En su solapa izquierda, Kate lució la tradicional amapola del Día del Recuerdo a los caídos en la Primera Guerra Mundial, cuyo tributo se celebrará el próximo 11 de noviembre.
A Kate Middleton le encanta el deporte. Sabemos que ha jugado a fútbol, al rugby, a tenis, ha hecho barranquismo, y no le duelen prendas a la hora de coger un stick y dar unos pases en hockey sobre hierba. ¿Puede alguien representar mejor al deporte británico?