No hay duda de que cada aparición pública de Victoria Federica llama muchísimo la atención, sobre todo, alentada por una actitud que dista mucho de ser ejemplar en los últimos meses. A las imprudencias que la hija de la infanta Elena cometía durante el periodo de confinamiento, se han sumado otros comportamientos por los cuales el propio rey Felipe decidía darle un toque de atención.
Tras los primeros compromisos navideños, Victoria Federica disfrutó de una tranquila cena junto a su padre, Jaime de Marichalar, en uno de los restaurantes de moda de Madrid, que sin embargo finalizó de la manera más amarga e inesperada. Al terminar, y de manera precipitada, padre e hija se despidieron para evitar al máximo hablar con las cámaras que se encontraban apostadas a la salida del establecimiento.
Victoria Federica se apresuraba a subirse a un coche, casi sin cruzar un adiós con Jaime de Marichalar, que optaba por alejarse a pie en medio de la fría noche madrileña. El exmarido de la infanta Elena, visiblemente molesto, se encaraba con los periodistas que le instaban a dar su opinión sobre las últimas polémicas alrededor de la familia real, especialmente, de la estancia del rey emérito en Abu Dabi, donde reside desde hace ya casi siete meses.
El exyerno de los reyes Juan Carlos y Sofía no ha disimulado su enfado ante las cámaras, en un acto de protección hacia su hija. "No voy a decir nada", contestaba rotundamente con gesto nervioso.
Convertido en uno de los mejores apoyos de su hija –y ahora también en su "escolta"– en este momento tan complicado para su familia, Jaime de Marichalar se cerró en banda pidiendo que dejasen tranquila a Victoria Federica. Se echó en falta en la discreta reunión a Froilán, quien últimamente mantiene la distancia con su familia y también un perfil bajo ante los medios.