Isabel II ha convertido un año más el castillo de Balmoral en su mejor refugio durante el verano. La monarca se encuentra disfrutando de unos días en familia en Escocia que, en un principio, se deberían haber visto interrumpidos por el nombramiento del nuevo primer ministro británico el próximo 6 de septiembre. Sin embargo, finalmente la soberana ha tomado una histórica decisión debido a sus problemas de movilidad y se mantendrá en su residencia de vacaciones.
Tal y como ha informado este miércoles 31 de agosto el palacio de Buckingham, la reina Isabel II no viajará hasta Londres el próximo 6 de septiembre para presidir la ceremonia de investidura del nuevo primer ministro británico, sino que recibirá a Boris Johnson y a su sustituto en el castillo de Balmoral, donde se encuentra pasando las vacaciones.
Esta será, por lo tanto, la primera ocasión en la que el jefe del Ejecutivo tendrá que viajar a Escocia para este importante evento, que siempre se ha celebrado en Londres. Se trata, además, de una de las pocas labores que sí o sí tiene que realizar la soberana, quien se anotará un nuevo récord en su reinado al convertirse en la primera monarca británica que ha tenido a su servicio a 15 primeros ministros distintos.
Con esta decisión, la reina Isabel II ha seguido las recomendaciones de sus consejeros, quienes le dijeron que lo más conveniente es que permanezca en el castillo de Balmoral y no interrumpa sus vacaciones para regresar a Londres durante apenas 48 horas debido a los problemas de movilidad que arrastra desde hace meses, según adelantó hace unos días 'The Sun'
“Quizá no sería la mejor opción hacer viajar a la reina mil millas de ida y vuelta para una visita de 48 horas cuando el primer ministro puede ir fácilmente a Balmoral”, explicó entonces una fuente cercana a la casa real británica a la mencionada publicación.
Una decisión que ha hecho saltar de nuevo todas las alarmas sobre el verdadero estado de salud de Isabel II, quien a principios de agosto ya decidió cancelar su tradicional bienvenida en Balmoral y optar por un acto mucho más privado. Además, a lo largo del año se ha visto obligada a delegar en su hijo Carlos debido a los problemas de movilidad que padece. Unos achaques que ahora han llevado a sus consejeros a recomendarle no viajar hasta Londres.