La reina Isabel II ha acudido al Instituto Nacional Botánico Agrícola de Reino Unido. Allí ha conversado con los responsables del centro sobre uno de los productos que más importancia está cobrando en su país, el vino. Durante la visita la monarca ha prestado mucha atención a las explicaciones sobre la producción de esta bebida. Pero al finalizar ha confesado algo.
La soberana ha revelado que ella nunca bebe vino. Se preocupa de que en Buckingham Palace siempre haya los mejores vinos para sus invitados. De hecho en más de una ocasión se han servido vinos españoles en algunas de las cenas más importantes que ha presidido Isabel II. Pero ella ni lo prueba.
O al menos eso dice, porque esta confesión dista mucho de lo que cuentan sobre lo que la reina hace en su residencia oficial. Cocineros que han trabajado para ella aseguran que en algunos de los cócteles que se toma a diario el vino sí que está presente. Isabel II encuentra en los cócteles su bebida preferida. Tanto es así que se toma cuatro al día. La ginebra, el martini y también el champagne son algunas de las bebidas que no faltan en su rutina.
Tanto llama la atención que a sus noventa y tres años se tome cuatro cócteles diarios que son muchos los que aseguran que este es el gran secreto de su longevidad. Eso sí, para compensar cuentan que la soberana toma varias infusiones a lo largo de sus maratonianas jornadas.
El de los cócteles no es el único capricho en la dieta de la abuela de los príncipes Guillermo y Harry de Inglaterra. Uno de sus cocineros ha contado que los dulces son su perdición. Los cereales, el chocolate y las galletas están entre sus preferidos. Por lo menos sabe tomarlos con moderación y es una gran amante de la fruta y la verdura.
Volviendo al vino, lo beba o no ella sabe de su importancia. En Windsor cuenta con sus viñedos y produce su propio vino. Un producto que se agota cada vez que sale a la venta.