El mismo día que la reina de Inglaterra puso rumbo a Sandringham para pasar las vacaciones de Navidad su marido Felipe de Edimburgo fue ingresado en Londres. Esto ocurrió el pasado viernes y desde entonces el duque de Edimburgo permanece en el hospital y la reina de Inglaterra no se ha movido de su residencia navideña. Pese a que su esposo se encuentra en observación, ella ha continuado con sus planes para estas fiestas. El último ha sido acudir a misa. Lo ha hecho acompañada por su hijo el duque de Wessex, su mujer Sophie y por sus dos nietos. Al llegar a la iglesia de Norfolk Isabel II se ha mostrado muy tranquila y con un favorecedor traje de chaqueta en color verde.
Si no hay ningún contratiempo la soberana británica pretende continuar con la tradicional cena de Nochebuena en la que estarán presentes sus hijos y algunos de sus nietos. Una velada en la que los grandes ausentes serán Harry y Meghan y por el momento también el duque de Edimburgo, ya que se desconoce si será dado de alta o no antes de mañana por la noche. El día 25 Isabel II asistirá a la tradicional misa de Navidad acompañada de toda su familia.Entre los que acudirán a la iglesia está previsto que esté el príncipe Andrés en la que sería su primera aparición pública tras su retirada.
Todo esto demuestra que la Reina no está excesivamente preocupada por la salud su marido. Si el viernes aseguraban que su ingreso había sido “por precaución”, hoy el príncipe Carlos ha dado la última hora sobre la salud de su padre.El heredero al trono ha asegurado que Felipe de Edimburgo, de 98 años, “está muy bien”, aunque ha reconocido que “a estas edades las cosas empiezan a no funcionar tan bien”.