Hay una teoría que asegura que la reina Isabel II es caníbal y que se come a los niños para envejecer de la forma tan buena en la que lo hace. Pero la reina de Inglaterra acaba de tener un gesto con el que se distancia de quienes aseguran que no es amiga de los niños.
Isabel II ha cumplido el deseo de una niña australiana que se había llevado un buen disgusto durante una visita a Buckingham Palace. La pequeña acudió junto a su familia a visitar la residencia oficial de la soberana británica. Durante el camino de vuelta Savannah se dio cuenta de que el peluche en forma de mono que llevaba durante la visita se le había perdido, algo que le provocó un gran disgusto.
La madre de la niña de cinco años ha contado que para encontrar el peluche solo se les ocurrió escribir una carta a Isabel II. La niña contó con el apoyo de sus compañeros de colegio y junto a sus profesores redactaron el texto con el que dirigirse a la reina en el que pedían ayuda para que le devolvieran el juguete.
“Uno de nuestros monos, Harriet, visitó hace poco el palacio de Buckingham con una de nuestras niñas, Savannah. Y lamentablemente, fue olvidado en la sala de actividades… Nuestros niños estarían encantados de tenerla de vuelta en Woodside para compartir sus aventuras. ¿Podríais mirar si aun sigue en la habitación de los juegos? ¡Estaba cerca de los disfraces”, decía parte de la carta.
Los pequeños enviaron la carta e Isabel II escuchó su petición. Tanto le enterneció a la reina la actitud de los niños que enseguida pidió a sus empleados que buscaran al mono para poder enviárselo de vuelta a Savannah.
El mono apareció en Buckingham Palace y los trabajadores de palacio no tardaron en enviar un paquete hasta Australia para hacer realidad el deseo de la niña.