La reina Isabel II hace frente este jueves 10 de junio a un día muy complicado, ya que el duque de Edimburgo hubiese cumplido hoy 100 años. Fallecido el pasado 9 de abril, el difunto marido de la monarca no vivió lo suficiente para celebrar su centenario, algo que por otra parte, no le hacía mucha ilusión, tal y como dejó claro en más de una entrevista.
Dos meses después de tener que despedirse para siempre del amor de su vida, Isabel II ha querido tener un precioso detalle con la persona que estuvo a su lado durante siete décadas en el día que habría sido su cumpleaños. La monarca ha plantado una rosa muy especial en el East Terrace Garden del castillo de Windsor, el cual se ve directamente desde las habitaciones privadas de los diferentes miembros de la familia real británica.
La flor en cuestión, que lleva el nombre del duque de Edimburgo, ha sido un regalo de la Royal Horticultural Society que Isabel II recibió de las manos de su presidente, Keith Weed, la semana pasada. “Es una rosa llamada Duque de Edimburgo para conmemorar su centenario y es una rosa conmemorativa de todas las cosas maravillosas que hizo durante su vida y para que todos recuerden tanto de lo que hizo”, aseguró entonces Weed antes de hacer entrega a la reina de este obsequio.
Muy emocionada, Isabel II ha mandado plantar esta flor de color rosa intenso en el jardín para conmemorar al duque de Edimburgo. Así, la monarca podrá ver desde su ventana esta bonita planta en honor al que fuera su marido.
Una rosa que, además, también se comercializa y sus beneficios se destinarán a los premios Duque de Edimburgo, galardón que ayuda a los niños y jóvenes más desfavorecidos a lograr sus metas y con el que el marido de Isabel II siempre estuvo muy volcado: “Por cada rosa, hay una donación que se destina al Living Legacy Fund que ayudará a más niños. Es una flor hermosa en sí misma, una flor doble”.
El duque de Edimburgo habría celebrado este jueves 10 de junio su centenario. Antes de fallecer, el marido de Isabel II ya dejó claro que no quería grandes celebraciones, ya que se trata de una cifra que tampoco le hacía especial ilusión. “No imagino nada peor”, confesó a los periodistas en alguna ocasión sobre alcanzar los 100 años. Finalmente, el caprichoso destino hizo que falleciera dos meses antes de ese momento.