Si hay una ‘royal’ a la que ha afectado el confinamiento es a Isabel II. Lo ha hecho a diferentes niveles. Por un lado a nivel personal. La reina de Inglaterra siempre se ha mostrado como una mujer independiente, pero lo cierto es que le encanta estar rodeada de su familia. Pero desde mediados del mes de marzo no ve a ninguno de sus hijos, nietos y bisnietos. Además tenía planes de reunirse con Harry, Meghan y Archie en estos días ya que el matrimonio pensaba viajar a Reino Unido con su pequeño para celebrar el Trooping the Colour junto a ella. Un evento del que finalmente disfrutó sola. Y a nivel laboral la pandemia también ha afectado bastante a la reina de Inglaterra con tragedia económica incluida.
Uno de los atractivos turísticos de Londres es Buckingham Palace, la residencia oficial de la monarca británica. A lo largo del año se celebran allí algunos eventos y se permite la entrada de los turistas o grupos escolares para que conozcan cómo son las instalaciones en las que vive una de las mujeres más influyentes y queridas del país. Estos actos y visitas se traducen en ganancias económicas para la abuela de Guillermo y Harry de Inglaterra. A esto hay que unir que existen otras propiedades como Kensington Palace que también aportan beneficios a la economía real. Así que teniendo en cuenta que durante el confinamiento han permanecido cerradas, se estima que las pérdidas han sido de aproximadamente 96 millones de libras. Así lo han informado desde la organización Palacios Reales Históricos, que se encarga de estas gestiones. Inevitablemente esto es algo que preocupa a la soberana británica.
Y por si el problema económico no fuera suficiente, hay que recordar que su reinado está en uno de sus momentos más flojos. Isabel II tiene 94 años y la pandemia ha hecho que se cuide más que nunca. Por eso ha delegado la mayoría de sus funciones en su hijo Carlos de Inglaterra y en especial en su nieto Guillermo. Teniendo en cuenta que todavía no hay vacuna para la enfermedad, no sería de extrañar que la reina de Inglaterra siguiera delegando en ellos y que sus apariciones sean muy limitadas. Esto unido a la intención del príncipe Carlos de reinar pronto ha hecho que se especule con una posible retirada de la monarca británica.