Si antes lo hace su madre, antes lo hace ella. Carlota Casiraghi ha reaparecido, tras meses alejada de los focos mediáticos, prácticamente a la vez que Carolina de Mónaco. Ambas lo hacían por separado e intentando no llamar demasiado la atención.
Lejos quedan los años en los que madre e hija se dejaban ver, además de navegando durante sus vacaciones de verano a bordo del yate Pacha III, en diferentes fiestas y actos sociales, muchos de ellos relacionados con el mundo de la moda, del que ambas son representaciones importantes. Ahora, las dos royals han dado un giro más que radical a su vida, dejando paso a las nuevas generaciones de representación del Principado, donde Charlene coge cada día más fuerza.
Junto a su marido, Dimitri Rassam, la joven Carlota acudía este martes al teatro parisino Antoine para presenciar la obra Par le bout du nez (Por la punta de la nariz), una comedia sobre un presidente francés que debe confiar en el psicoanálisis para solucionar sus problemas de picores de nariz que no le dejan pronunciar sus discursos.
Carlota remataba su discreta aparición como invitada en el programa de Robert Maggiori, L'info du vrai, con el objetivo de poder conversar sobre los premios de Filosofía de Mónaco. Para la ocasión, la sobrina del príncipe Alberto escogía por una sencilla camisa blanca, al igual que hacía su madre tres días antes. En su estilismo no ha faltado una mascarilla rosa, con la que aportaba un toque de color al look.
Por su parte, Carolina de Mónaco decidía regresar al foco mediático el pasado sábado en un concierto al aire libre en la recién inaugurada plaza del Gran Casino de Montecarlo. Una cita en la que, como viene siendo habitual, acudía sin la presencia de su cuñada Charlene, con quien no mantiene una relación demasiado cercana.