La infanta Elena fue la encargada de recibir a pie de pista a don Juan Carlos en su regreso a España. Un cariñoso y extenso abrazo que terminaba con la protocolaria reverencia. Después de una intensa noche en la que el rey emérito ha tenido la oportunidad de descansar en la casa de su amigo Pedro Campos, ha reaparecido en el Real Club Náutico de Sanxenxo con la compañía incondicional de su hija Elena.
La duquesa de Lugo ha querido volver a demostrar que su apoyo es total hacia el rey emérito, arropándole desde el primer momento de su vuelta. Pasadas las 11.30h de la mañana, padre e hija abandonaban la casa de Pedro Campos para poner rumbo al puerto. Muy sonriente, signo de lo feliz que le hace el regreso de don Juan Carlos a España, doña Elena no ha perdido detalle y se ha convertido en la sombra de su progenitor, mucho más nervioso y con evidentes problemas de movilidad.
De la misma forma que su padre, doña Elena ha lucido el uniforme de la tripulación del Bribón: pantalón blanco, polo a juego que ha acompañado de un jersey anudado a la espalda en color azul marido y gorra roja. La madre de Victoria Federica ha estado muy pendiente de su padre en todo momento pero desde un segundo plano ya que quería que su progenitor disfrutara al máximo de todo el cariño con el que le ha recibido el pueblo gallego.
Desde que don Juan Carlos pusiera rumbo a Abu Dabi hace dos años, tanto la infanta Elena como Cristina han sido sus grandes apoyos. Sus hijas no han dejado de tener contacto con él y han viajado en varias ocasiones hasta los Emiratos Árabes. La última junto a sus hijos, una estampa familiar que daba la vuelta al mundo.