La imprudencia de Federico de Dinamarca que habría enfadado a su madre, la reina Margarita

Federico de Dinamarca tomó una decisión al marcharse de la casa de Genoveva Casanova que no habría gustado nada a la reina Margarita

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Federico de Dinamarca
Instagram @detdanskekongehus

La revista Lecturas destapaba en exclusiva un encuentro entre el príncipe Federico de Dinamarca (55 años) y Genoveva Casanova (47 años) hace apenas unas semanas. Todas las miradas estaban en la Casa Real danesa cuando los reyes Felipe y Letizia se encontraban de viaje de estado en Copenhague. Desde entonces, el primogénito de la reina Margarita ha continuado su rutina como si nada, mientras que su mujer, Mary Donaldson (51 años), ha preferido alejarse de los flashes. Los días han pasado, pero el encuentro del príncipe heredero con la mexicana ha vuelto a primera plana. 'TardeAR' ha emitido más imágenes de aquella noche, o más bien de aquella mañana, en la que el heredero danés abandona la vivienda de la empresaria. Unas fotografías que han permitido ver detalles que hasta ahora se desconocían. 

En las imágenes mostradas en el programa de Ana Rosa Quintana (67 años), se pueden ver los pasos que hizo Federico de Dinamarca. Los colaboradores de 'TardeAR' han analizado en los movimientos que en ellas se muestran. De ellos, se puede extraer una importante y determinante decisión que Federico tomó en aquel momento. El príncipe heredero no quiso decirle a sus escoltas el lugar en el que se encontraba, ya que lo recogieron en otra ubicación diferente a la de la casa de Genoveva Casanova.

Federico de Dinamarca
Telecinco

“¿Por qué no llama en la puerta de dónde estaba?”, se preguntaba la periodista Sandra Aladro, apuntando que con este sencillo gesto el coche oficial podría haberle recogido sin que estuviera paseando por las calles de Madrid en solitario. La respuesta para la colaboradora era muy sencilla: "Es un viaje totalmente clandestino. Lo denota su actitud".

La imprudencia que cometió Federico de Dinamarca

La decisión que toma Federico de Dinamarca tras pernoctar en el domicilio de Genoveva Casanova es un gran peligro por parte del futuro rey danés. Lo han comentado en 'TardeAR' y la propia Sandra Aladro ha dado su opinión al respecto. "Una imagen inapropiada, totalmente inusual para un príncipe que tiene que ir acompañado de escolta", expresaba tras ver las imágenes en movimiento. "Lo verdaderamente preocupante es esta manera de proceder, poniéndose en peligro. Le estaban persiguiendo reporteros gráficos, podían haber sido otros...", añadía.

Lo habitual en viajes como este es que, aunque sean de carácter privado, traigan desde Dinamarca a su propia escolta. En caso de no ser así, lo habitual es que España se la proporcionara para que no estuviera sin vigilancia. Sin embargo, las imágenes compartidas en 'TardeAR' dejan constancia de que no están presentes, lo que denota una actitud atípica.

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Así fue la salida de Federico de Dinamarca de casa de Genoveva Casanova

Lo habitual (y lo ideal) para un miembro de la realeza y para su seguridad es que estuviese acompañado por un escolta. Sin embargo, Federico abandonó la vivienda de Genoveva solo y paseó por las calles de Madrid a las ocho y media de la mañana hasta encontrarse con el conductor que tenía que recogerle. Lo habitual es que esta situación hubiera sido diferente. Podría haber sido recogido en la puerta del portal sin correr el riesgo de pasear en solitario por las calles de la capital española.

El príncipe heredero anda por varias calles del centro de Madrid hasta que se para en una parada de autobús. Es ahí donde realiza una llamada, presumiblemente a su equipo para que alguien acuda a recogerlo. Mientras espera al coche que acaba de llamar, se puede ver a Federico cogiendo un papel de su bolsillo, rompiéndolo y tirándolo directamente a la papelera que se encuentra junto a la marquesina. Minutos después de la conversación telefónica, aparece el coche oficial. Es entonces cuando Federico le alza la pierna como señal que determina que se encontraba allí esperando.

Cuando llega el coche a recogerlo, el príncipe coge su maleta de viaje y la introduce él mismo en el maletero. No espera a un miembro de su coche oficial se baje a guardarla. También llama la atención que ninguna de las dos personas que se encuentran en el interior del vehículo se bajan a abrirle la puerta, algo que suele ser habitual en miembros de la monarquía.