Pablo Urdangarin (22 años) tiene el corazón ocupado. Desde hace ya un tiempo, el hijo de la infanta Cristina (58 años) e Iñaki Urdangarin (55 años) está viviendo su primera historia de amor, que conozcamos, con Johanna Zott, de la misma edad de Pablo. Se conocieron en el Liceo francés de Barcelona, donde ambos estudiaban, y comparten su pasión por el deporte. Mientras que Pablo formaba parte del equipo de balonmano del F.C Barcelona, Johanna juega al voleibol en la categoría Senior B del Club Esplugues de Llobregat. Eso ha hecho que ambos entiendan perfectamente las aspiraciones del otro en cuánto a sus carreras deportivas y se apoyen mutuamente.
Poco a poco, la pareja parece haber ido consolidando su romance y nos han regalado varias escenas la mar de entrañables. Un claro ejemplo fue cuando pillamos a los novios comiéndose a besos en plena calle. Pero si ha habido una escena que se ha repetido a lo largo de estos meses es ver a Johanna apoyar a su novio en todos los partidos a los que ha podido acudir.
Una de las primeras fue cuando Johanna, tras disputar un partido con su equipo, se desplazó hasta el pabellón en el que él jugaba al balonmano con la segunda plantilla de F. C Barcelona. Cuando el encuentro terminó, ambos se besaron e intercambiaron sonrisas y palabras. Pero en muchas ocasiones Zott no ha estado sola en estos encuentros deportivos.
La infanta Cristina (58 años) es una de las mayores fans de su hijo y no ha dudado en acudir varias veces a verle jugar. La más reciente ha sido durante uno de los partidos de la Liga ASOBAL en Barcelona, donde las cámaras han captado a la madre y novia de Pablo. Unas imágenes que dejan muy claro cómo es su verdadera relación.
Johanna Zott totalmente integrada en la familia de la infanta Cristina
Las aficiones comunes de los dos jóvenes, además de unirlos a ellos, han facilitado que las familias de ambos se hayan conocido y hayan conectado sin ningún problema. Hace ya algún tiempo, 'Mujer Hoy' afirmó que Pablo ya habría conocido a los padres de Johanna y la infanta Cristina habría coincidido con la joven al finalizar uno de los partidos. Desde entonces, Zott y la hermana del rey Felipe VI han ido forjando una relación más estrecha y cómplice.
Así lo demuestran las fotografías del último partido de Pablo Urdangarin, en las que se ve a Johanna y Cristina sentadas juntas. Sonrientes y muy cómplices, han charlado animadamente durante varios minutos. También ha habido momentos de tensión y máxima concentración cuando el partido estaba en un momento álgido. Pero si ha habido una imagen que ha destacado es la de suegra y nuera abrazándose para celebrar un punto a favor del equipo de Pablo. Una actitud que dejan más que claro que Johanna ya es una más en la familia de la infanta Cristina.
Johanna Zott, muy unida a Irene Urdangarin
La infanta Cristina no es la única persona de la familia de Pablo con la que Johanna se lleva extremadamente bien. La joven e Irene Urdangarin (18 años), hermana del joven y también estudiante del Liceo Francés, mantienen una bonita amistad. Aunque es cierto que por el joven deportista que ambas habrían empezado a hablar, las dos habrían congeniado enseguida, creando un vínculo que no ha hecho más que crecer y estrecharse en los últimos tiempos.
Las hemos visto juntas también en paridos de Pablo, como cuando la pequeña Urdangarin volvió de Ginebra para celebrar su cumpleaños, ver a sus amigos y apoyar a su hermano. En aquella ocasión, ambas sirvieron como nexo de unión entre los Urdangarin y los Zott. Además, como ha ocurrido en esta ocasión con la infanta, Johanna e Irene lo dieron todo animando a Pablo.
La infanta Cristina, con jersey finito de rayas confirma que este es el look +50 para arrasar en primavera
Además de la buenísima relación entre la infanta Cristina y Johanna Zott, otro elemento que ha llamado la atención es el outfit de la hija de la reina Sofía. Sabiendo que iba a un partido e iba a querer estar cómoda, la expareja de Iñaki Urdangarin ha combinado varios básicos que demuestra que en la sencillez también puede haber el estilo.
Las prendas en cuestión han sido un jersey finito de rayas y unos pantalones vaqueros negros rectos. La primera cuenta con un estampado atemporal, de franjas anchas y colores neutros, que hacen que cualquier conjunto de prendas sea más especial sin ningún tipo de esfuerzo. La segunda es una de las piezas esenciales en cualquier armario. Todo ello acompañado por unos botines negros de tacón sensato.