Cuando se anunció el compromiso oficial del príncipe Carlos de Inglaterra, hijo de la reina Isabel y heredero al trono, con una tímida y apocada joven llamada Diana Spencer, todas las miradas se dirigieron inmediatamente a la familia que iba a entroncar con los Windsor. Claro que la sorpresa quedó tan solo para los no familiarizados con la ‘realeza’ británica. No eran, desde luego, los Spencer unos desconocidos en estos ámbitos. Con un linaje repleto de nombres propios e íntimamente ligado a la Corona -el primer conde Spencer fue nombrado por Enrique VIII-, su influencia descansaba sobre un patrimonio más que nutrido y un buen puñado de caballeros y damas de compañía que habían estado al servicio incluso de la propia reina Isabel II. Claro que la fama se la dio la que acabaría siendo la princesa más querida y seguida de la historia. Qué paradojas depara la vida.
Cuando falleció Diana de Gales, sus hermanos juraron que continuarían con su labor en especial sobre los hijos que dejaba la princesa. Tanto Charles Spencer como sus hermanas Jane y Sarah se convirtieron en el mayor apoyo que Guillermo y Harry podrían haber tenido en aquellos durísimos momentos. Desde en una posición discreta y alejada de polémicas -más en el caso de las hermanas que de Charles, el Spencer más díscolo y con mayor ansia de popularidad-, cimentaron un entendimiento con los hijos de la desaparecida Diana que dura a día de hoy. Lady Sarah McCorquodale y Lady Jane Fellowes son las figuras maternas que arropan a los príncipes en sus peores momentos.
Dos hermanas en la sombra
La presencia mediática de las hermanas de Diana de Gales tras su fallecimiento ha sido prácticamente anecdótica aunque cargada de un enorme significado. Lady Jane y Lady Sarah se han mantenido en todo momento al lado de sus sobrinos. Fueron las primeras en conocer a Meghan Markle, tal y como se confirmó desde el propio entorno de la duquesa, y fueron también de las primeras en acudir a visitar al hijo de esta y del príncipe Harry, Archie, tras su nacimiento. De hecho, fue la llegada de Archie la que puso sobre la mesa la cercanía de las hermanas Spencer con sus sobrinos, al menos de cara a la sociedad.
“La reina, el dique de Edimburgo, el príncipe de Gales, la duquesa de Cornualles, el duque y la duquesa de Cambridge, Lady Jane Fellowes, Lady Sarah McCorquodale y Earl Spencer están informados y encantados con la noticia”, rezaba el comunicado emitido tras le nacimiento de Archie. No fueron pocos los británicos que se preguntaron en aquel momento '¿pero quién es toda esta gente?'. Y es que las hermanas de Diana han estado presentes en todos los grandes momentos de las vidas de sus sobrinos. Jane, de hecho, fue la encargada de leer un emocionante pasaje durante la boda de Harry y Meghan.
Las hermanas de Diana, Jane y Sarah, en la fotografía oficial del bautizo de Archie
“Yo les presenté, yo soy Cupido”
Esta es la mítica frase que se le atribuye a lady Sarah McCorquodale ya que fue esta quién presentó a su hermana Diana y al príncipe Carlos. Claro que todo viene motiva porque la propia Sarah también fue pareja del hijo de Isabel II unos años antes. Una relación fugaz en la que la propia Spencer no tenía demasiada fe pero que había encantado a la Familia Real británica. No en vano, los Spencer estaban muy ligados a su propia historia. La relación entre las hermanas no hizo más que afianzarse con el paso del tiempo. Permanecieron juntas, criaron a sus respectivos hijos en enorme armonía y juntas afrontaron también la trágica pérdida de Diana. Sarah fue quien acompañó al príncipe Carlos hasta París para recoger el cuerpo de su hermana.
Nada que ver tiene la relación que mantienen Guillermo y Harry con Jane y Sarah con la que mantienen con Charles Spencer, único hermano de Diana de Gales y actual conde de Spencer. La distancia entre los hijos de Diana y su tío contrasta enormemente con la cercanía que mantienen con sus tías. Polémica, vehemente y rodeado de diversos escándalos sentimentales, Charles Spencer se convirtió tras el fallecimiento de su hermana en una pieza incómoda para los Windsor. Posiblemente también para los propios Spencer.
El príncipe Guillermo acompañado de sus tías Jane y Sarah
Alejado de su familia y anclado en teorías y conspiraciones, Charles Spencer continúa lidiando con escándalos que ahora salpican su vida personal y su faceta como padre. Ni siquiera ser ahijado de la propia Isabel II ha podido redimirle. Y tras veinticinco años, no parece que nada va a cambiar.