Son tiempos complicados para Haakon de Noruega. Con su el rey Harald hospitalizado desde el pasado miércoles y el resto de miembros de su familia afectados por la reciente muerte de Ari Behn, el príncipe está afrontando prácticamente solo la situación, relevando a su padre y compaginando ambas agendas
Ayer mismo realizaba la visita que el monarca tenía previsto realizar al Consejo Noruego para los Refugiados en Oslo, una cita en la que los medios de comunicación no perdieron la oportunidad de preguntarle al heredero su opinión sobre la situación de la Casa Real británica. Cabe recordar que unas horas más tarde se realizaría en la residencia de Sandringham la famosa reunión entre algunos miembros de la familia de la reina Isabel II.
"Creo que si todos se toman su tiempo para coger aire y respirar estoy seguro de que podrán encontrar buenas soluciones", aseguraba Haakon con la delicada precaución que todo royal tiene a la hora de hablar de asuntos de esta índole. Cierto es que el conflicto ha trascendido fronteras y que el resto de Casas Reales de Europa están atentas a los próximos movimientos de Inglaterra, por lo que la decisión de Harry y Meghan con respecto a no continuar siendo miembros de la Familia Real tiene más influencia de lo que a priori podemos imaginar.
Tal y como se zanjaba la reunión organizada por la reina Isabel, parece que el príncipe Enrique y su esposa tienen por fin el visto bueno de la soberana y que podrán continuar libremente con la decisión que anunciaban a su regreso de Norteamérica alejados de la Corona. Eso sí, tal y como publicaba en el comunicado oficial difundido este lunes por la tarde, se ha pactado un período de transición en el que los duques vivirán a caballo entre Canadá y el Reino Unido. El resto de cuestiones las resolverán poco a poco. "Aún queda mucho trabajo por hacer, pero he pedido que se tomen decisiones en los próximos días", concluía la soberana.