Llevan varios días protagonizando uno de los veranos más idílicos de la Casa Real noruega, y es que el destino escogido no es para menos. Formentera está siendo la ubicación ideal para que los príncipes Haakon y Mette-Marit disfruten de sus vacaciones acompañados de sus hijos Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, de 15 y 13 años. Y por ello han escogido este enclave para protagonizar las últimas imágenes oficiales, en los que se les ve muy favorecidos.
Desde que aterrizaron en el aeropuerto de Ibiza y se dirigieron en ferry hasta la pequeña Pitiusa, la familia ha protagonizado numerosas instantáneas en las que se les ha podido ver disfrutando de todas las posibilidades que ofrece la isla. Desde el alquiler de un clásico mehari con el que han recorrido sus carreteras, hasta embarcados en una pequeña lancha desde la que han tomado el sol y han practicado buceo.
Además, como buen amante de los deportes acuáticos, Haakon no ha perdido la oportunidad de darle a sus hijos unas clases de surf, práctica de la que es realmente aficionado. En esta ocasión, Mette-Marit no les acompañó y prefirió quedarse disfrutando del sol y la playa.
El último episodio -y no tan idílico- de la familia ha sido un vídeo que mostraba una pequeña rabieta de Sverre Magnus. El menor del clan mostró su enfado antes de acudir a una comida y, esquivando los intentos de sus padres por convencerle, permaneció en el coche con su móvil y sus cascos de música durante todo el tiempo que su hermana y sus progenitores estuvieron almorzando. Porque no es oro todo lo que reluce y, a sus 14 años, la adolescencia hace que los más jóvenes protagonicen algunos momentos más tensos.
Aún así, estas fotografías oficiales reflejan la unión de la familia noruega en la que, además de llevarse muy bien, reflejan como los dos hermanos mantienen una relación de muchísimo cariño y amor.