Holanda ha vivido este martes uno de los días más importantes del país: El Día del Rey, con Guillermo y Máxima como claros protagonistas de una jornada en la que las princesas Amelia, Alexia y Ariane han sido las grandes ausentes.
En esta fecha tan señalada, que siempre coincide con el tercer martes de septiembre y es festivo en todo el país, se remonta a 1814, y es tradición que durante el recorrido del cortejo sean muchos los holandeses que se echan a las calles para demostrar su afecto y cariño a la Familia Real.
La jornada comienza con el llamado Discurso del Trono leído por el rey Guillermo y que da el pistoletazo de salida al curso político holandés y que tiene lugar en el Ridderzaal, la Sala de los Caballeros, del edificio principal del Binnenhof, en La Haya, que alberga la sede de los Estados Generales de los Países Bajos. Allí, Guillermo y Máxima se han citado con ministros, secretarios de Estado, representantes del Cuerpo Diplomático y los Altos Consejos de Estado, y por otros miembros de diversos sectores de la sociedad.
Los monarcas han estado acompañados durante todo el día por los príncipes Constantino y Laurentien, hermano y cuñada de Guillermo, y juntos han recorrido las calles de La Haya hasta la sede del Parlamento sobre el precioso carruaje de cristal que la Casa Real utiliza en los eventos más especiales.
Para la ocasión, el soberano ha lucido un chaqué con la insignia de Ridder Militaire Willems-Orde, un estilismo que Máxima ha complementado con un vestido largo realizado en crepe de lana rubí, un color muy solemne, a juego con una original mini-capa cuajada de abalarios, firmado por el diseñador holandés Jan Taminiau. Siempre elegante, la reina ha deslumbrado con su elección, un look que ha completado con un pillbox de terciopelo al tono, guantes de piel y una cartera a juego con su capa, además de la banda y la estrella de la Gran Cruz de la Orden del León Neerlandés.
Por su parte, los príncipes Constantino y Laurentien han optado por un chaqué con la insignia de la Gran Cruz de la Orden del León de los Países Bajos, y un vestido en rosa pastel con lentejuelas y sombrero con plumas y flores, adornado con la condecoración de la Gran Cruz de la Orden de la Casa de Orange.