La familia real británica vive momentos de gran preocupación. Pocos días después de que el rey Carlos abandonara la clínica en la que le intervinieron por un agrandamiento de próstata, Buckingham Palace ha anunciado que el monarca padece cáncer y deberá apartarse de los actos públicos mientras dure el tratamiento. Ahora todos los ojos están puestos en el heredero, el príncipe Guillermo, que debe dar un paso al frente y asumir las responsabilidades de su padre en uno de sus peores momentos, sin Kate a su lado, ya que la princesa de Gales se recupera de una intervención abdominal de la que muy poco se sabe.
La enfermedad de Kate Middleton
Cuando se supo que Kate debía ser intervenida, Guillermo bloqueó su agenda para poder estar cerca de su mujer mientras se recuperaba y para poder atender también a sus tres hijos: George, Charlotte y Louis. Tras el anuncio de la enfermedad de Carlos, la oficina de los príncipes de Gales no tardó en anunciar que Guillermo volvería a sus compromisos este miércoles 7 de febrero para presidir una investidura en el castillo de Windsor y para asistir a una cena benéfica por la noche. El príncipe de Gales debería asumir los compromisos de su agenda y los de su padre.
El cáncer ha sido un golpe duro para Carlos, el heredero europeo que más tiempo ha esperado en subir al trono: fue nombrado príncipe de Gales con 10 años y sucedió a su madre con 73. Sus más allegados desvelan que llevaba su papel de Rey con mucho ánimo y disposición. Los médicos le exigen que no acuda a actos públicos pero sí atenderá a sus tareas en su despacho. El Rey ha querido compartir su diagnóstico para evitar posibles especulaciones y con la intención de ayudar a otras personas que padezcan esta enfermedad. Esto contrasta con el silencio que impera sobre la enfermedad que mantiene a Kate Middleton alejada de la vida pública.
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