El 2024 está siendo un año algo complicado para la familia real noruega, sobre todo para la princesa Mette-Marit. ¿Los motivos? Son muchos y variados. Uno de los más recientes tiene que ver con su salud. Hace ya algún tiempo que la esposa del príncipe Hakoon de Noruega anunció que padece fibrosis pulmonar, una enfermedad que ha limitado significativamente su papel institucional, hasta el punto de que tuvo que otorgar mayor protagonismo a su hija, la princesa heredera Ingrid Alejandra e incluso cogerse la baja.
Fue el pasado mes de octubre cuando la Casa Real publicaba un comunicado diciendo que la princesa había "reanudado el tratamiento" de su dolencia. "Experiencias anteriores han demostrado que la medicación puede provocar efectos secundarios que pueden tener consecuencias para el programa oficial de la princesa heredera. Por lo tanto, nos parece natural compartir esta información en esta ocasión", explicaron. Dicha baja se alargó más de lo previsto, algo que despertó la preocupación por la princesa.
No obstante, como hemos dicho, esto no ha sido lo peor que ha vivido la futura reina en estos últimos meses. Una de las polémicas que más la ha afectado es la detención de su primogénito Marius Borg. Un revuelo que no solo dolía a Mette-Marit como madre, sino que también tambaleaba los cimientos de la Casa Real de Noruega.
Marius Borg Høiby, el gran dolor de la princesa Mette-Marit
El pasado verano, el joven resultaba detenido por la policía y puesto bajo custodia tras abusar física y psicológicamente de su exnovia. Algo que dos exparejas de Marius, Nora Haukland y Juliane Snekkestad, corroboraron al reconocer haber sufrido el mismo trato. Varios días después, el interfecto —que tiene otras dos denuncias por violencia física y psicológica de dos mujeres— admitió las acusaciones y, a través de una carta abierta, pidió perdón a la Familia Real y reconoció tener problemas con las drogas.
Este gesto no impidió que decidiera saltarse la orden de alejamiento que se le había interpuesto, ni que el rey Harald de Noruega hiciera algunos cambios en la web oficial de la monarquía noruega —donde el muchacho solía contar con apartado propio y ahora ya solo aparece mencionado como hijo de Mette-Marit dentro de la sección de la princesa.
Según la fiscalía, Marius podría enfrentarse a una posible pena de cárcel si finalmente resulta declarado culpable. Un proceso judicial que podría afectar a su madre. Su abogado pidió a la policía que se interrogara a Mette-Marit, la cual habría llamado a su hijo el día de la detención, advirtiéndole de la misma.
Para colmo de males, esta semana salía a la luz una nueva información que hundía aún más la reputación de Borg y que suponía un nuevo disgusto para Mette-Marit: Marius era detenido, de nuevo, por violación. Una acusación muy grave que se suma a las realizadas anteriormente y de la que Borg se consideraba inocente. "Høiby no se declara culpable tras la ampliación de los cargos. Trabaja bien con la policía y quiere dar explicaciones", aseguraba Øyvind Bratlien, abogado del joven, a los medios noruegos. A pesar de ello, la policía ha encontrado vídeos de la supuesta agresión en el móvil del acusado.
Los problemas de su padre biológico
Los problemas que el hijo de Mette-Marit ha generado estos últimos meses, afectando a la fama de la Corona noruega, ha hecho que los que pusieron el grito en el cielo cuando se descubrió que aquella joven excamarera que había enamorado al príncipe Haakon de Noruega iba a ser la próxima reina, hayan salido a decir un contundente 'te lo dije'. Y es que la llegada de la princesa estuvo marcada, precisamente, por la polémica. No solo por quién era y por ser madre soltera de una criatura fruto de su relación con un convicto llamado Morten Borg—, sino por su complicado pasado.
Nacida en agosto de 1973, la noruega es hija de un periodista, llamado Sven O. Hoiby, y una empleada de banca, Marit Tjessem, que se divorciaron cuando ella tenía once años. En 2005, teniendo ya 68 años, Sven se casó con una stripper que tenía casi la misma edad que su propia hija. "Es amor verdadero", aseguró entonces el noruego, que durante años estuvo distanciado de Mette Marit, a la que le dolió mucho que compartiera ciertas intimidades suyas con algunos tabloides locales y que anunciase su intención de escribir un libro contando ciertos secretos de su nieto Marius.
Sven falleció en marzo de 2007, a causa de un cáncer de pulmón que le había sido diagnosticado algunos meses antes. Y al año siguiente, Mette Marit se llevó un enorme varapalo al enterarse de que su padrastro, Rolf Berntsen, que llevaba años lidiando con problemas cardiacos, había dejado de respirar. Casado desde 1994 con Marit, cuentan que el interfecto se encargó de proporcionar a la princesa esa figura paterna que ella no había tenido hasta ese momento.
Algún tiempo después, Mette Marit sorprendió a muchos al hablar públicamente de la complicada relación con su padre biológico y de las adicciones de este. "Es una de las cosas más duras que he vivido", confesó durante una conferencia ofrecida en el municipio de Snasa. "De niña, siempre sentía que tenía algo que esconder, porque ninguno de mis amigos sabía que mi padre era un alcohólico".
Encadenando desgracias
En 2011, Marit Tjessem hizo pública su relación con otro señor, natural de la ciudad de Krinstiandsand, que respondía al nombre de Magnar Alfred Fjeldvær y al que había conocido a través de amigos comunes. Y en julio de ese mismo año, Mette Marit se enfrentó a la pérdida de su hermanastro Tron Berntsen, un policía fuera de servicio que tuvo el infortunio de recibir un disparo mortal durante la matanza de Noruega perpetrada por el ultraderechista Anders Behring Breivik.
Desde el principio de su romance con la madre de la princesa, Magnar acompañó a su pareja en muchos de los eventos oficiales de la Familia Real, cuyos miembros lamentaron su muerte, que se produjo en junio de 2020. "Echaremos de menos a Magnar, quien significaba mucho para la familia", comentaron los príncipes herederos en un comunicado.
A pesar de que la vida se lo puso difícil, Mette Marit encontró bastante consuelo al lado del heredero al trono, con el que tiene dos hijos en común. "Creo que hacemos muy buen equipo cuando las cosas van bien", confesó en una serie documental Haakon, que por lo visto va a tener que emplearse a fondo para recobrar popularidad, después de que un reciente sondeo, realizado a raíz del destape del caso Marius, mostrara que hoy en día casi tres de cada cuatro noruegos no quieren que su padre el rey Harald abdique.