El pasado mes de febrero saltaron todas las alarmas en la casa real británica: algunos de los principales medios de comunicación de Reino Unido sacaron a la luz los posibles problemas maritales de la princesa Eugenia (36 años) y su marido, Edoardo Mapelli Mozzi (41 años). A pesar de que se había convertido en padres de su segundo hijo en común, el matrimonio parecía no estar en su mejor momento. Eso sí, muy celosos de su intimidad siempre han preferido mantenerse al margen sobre cualquier especulación.
Lo cierto es que durante estos meses la hija del príncipe Andrés y Sarah Ferguson ha querido mantenerse en un segundo plano porque ya tenía suficiente con la polémica sexual de su padre y el cáncer de su madre. No se ha pronunciado al respecto pero sí que este domingo 20 de abril ha querido acallar cualquier tipo de especulación y rumor con un pequeño gesto que ha realizado durante la atípica misa de Pascua que ha celebrado la corona británica en la capilla de San Jorge, ubicada en el castillo de Windsor.
Entre los asistentes al evento religioso al que no han ido ni Kate ni Guillermo, ha estado Andrés de York, quien hacía meses que no aparecía junto al resto de la corona británica. Una figura en la que Beatriz siempre se ha apoyado muchísimo a pesar de todas las noticias e informaciones que han publicado sobre su progenitor.
¿Cuál ha sido este significativo gesto con el que la princesa de York ha zanjado cualquier duda sobre su matrimonio? La princesa Beatriz, que ha celebrado su primera Pascua como madre de dos hijas, se ha unido a la misa de Pascua junto a Carlos III, Camila y otros miembros de la familia real y ha llegado al templo de la mano de Edoardo Mapelli Mozzi.

Beatriz de York, de la mano de su marido.
Cordon Press
Mientras algunos miembros de la realeza llegaban en coche, la pareja ha llegado a pie junto con la hermana menor de Beatriz, la princesa Eugenia, y su marido, Jack Brooksbank. Para muchos puede ser una tontería, pero después de todo lo que se ha hablado sobre la posibilidad de divorcio, que vayan juntos y unidos es sin duda una señal de que al menos están intentando que todo vaya bien. Y es que este pequeño gesto generalmente se refiere a la colaboración o la cooperación para lograr un objetivo común, que seguramente en estos momentos sean sus dos hijas.
Beatriz y Edo celebran su primera Pascua desde el nacimiento prematuro de su segunda hija, Athena Elizabeth Rose Mapelli Mozzi el pasado 22 de enero (aunque no fue hasta una semana después cuando palacio de Buckingham anunció la buena nueva junto con la primera foto de la bebé). Lo cierto es que la llegada prematura de la pequeña no fue inesperada. Sin embargo, la princesa dejó a todos boquiabiertos hace unas semanas cuando contó el pavor que ha sentido durante todo el proceso.
"Nada te prepara para el momento en que te das cuenta de que tu bebé va a llegar antes de tiempo. Hay muy poco control. ¿Llegará sano? ¿Habrá complicaciones? ¿Cómo compaginarás el resto de la vida familiar mientras intentas mantener a un pequeño ser humano sano y salvo? Sabes que cuando llegue los médicos y las parteras estarán ahí, haciendo todo lo posible para que supere esos primeros días tan difíciles. Pero no tienes ni idea de cómo se desarrollarán las cosas ni de qué pasará después. La incertidumbre te deja con un miedo abrumador a lo desconocido", comenzó diciendo la princesa en una inusual entrevista para la revista 'Vogue'.
La princesa contó además que tras las ecografías de rutina su equipo médico se dio cuenta de que la pequeña necesitaba un seguimiento cercano, lo que les hizo comprender como padres que tenían que estar preparados para una llegada temprana. "Lo que aprendí en este proceso ha sido una lección de humildad: comprender mucho más sobre nuestros extraordinarios cuerpos humanos, pero también sobre todo lo que desconocemos", relató. Eso sí, siendo consciente de que ella es una privilegiada, no dudó en expresar que en ese momento todas las mujeres tienen los mismos miedos. "Como innumerables futuras mamás estuve despierta durante las semanas previas al parto, intentando controlar cada movimiento del bebé en mi barriga y preguntándome mil veces: '¿Y si pasa esto o aquello?'", confesó.