En las últimas semanas ha habido un tema que ha vuelto a centrar el foco en la familia real española. Lejos de ser alguno de los actos que han realizado durante el verano, como los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, lo que ha llamado la atención ha sido la mudanza de Miguel, Juan e Irene Urdangarin a la Zarzuela. Tres de los cuatro hijos de la infanta Cristina han decidido instalarse con su abuela, la reina Sofía, mientras se toman años sabáticos y deciden el rumbo que quieren seguir.
Un trasladado que ha sido autorizado por los reyes Felipe y Letizia, algo que dejaba claro que la relación entre el monarca y su hermana parecía haber mejorado. " "Ya se reencontraron en Semana Santa en Madrid, y entonces no se escondieron. En Marivent ha ocurrido lo mismo. Su relación ha mejorado considerablemente", revelan las fuentes del citado medio", revelaba 'Monarquía Confidencial' tras consultar a sus fuentes.
A pesar de ello, este movimiento se ha llevado a cabo en un absoluto silencio por parte de Casa Real. No ha habido ningún comunicado, ni ninguno de ellos se ha pronunciado. Una falta de reacción que se interpretaba como una forma de seguir con la estrategia de la Corona de potenciar la imagen de transparencia y cercanía la familia real. No obstante, el citado medio ha arrojado luz al respecto de este silencio. Al parecer, habría sido una orden directa de la infanta Cristina la que habría provocado este vacío absoluto de información.
El gesto de la infanta Cristina con su hermano, el rey Felipe VI, tras la mudanza de tres de sus hijos
Cuando sus hijos decidieron trasladarse a Zarzuela, la infanta Cristina "solicitó protección a su hermano para que cuidaran de Irene, y ahora, con Juan, la historia se repite", reveló José Moreno, experto en Casa Real. Algo que el monarca no tuvo problema en cumplir, demostrando lo mucho que aprecia a sus sobrinos y le importa la felicidad de su hermana. Es por eso que Cristina podría haber querido tener un gesto de buena fe con Felipe.
¿Cómo? Ordenando guardar silencio sobre los detalles de la mudanza de Irene, Miguel y Juan para no perjudicar la imagen de la Corona. Así lo recoge la citada publicación tras consultarlo con fuentes cercanas a la Zarzuela: Cristina habría advertido a sus hijos y su entorno más íntimo de no decir absolutamente nada al respecto. Un ejemplo de ello es la forma en que Pablo Urdangarin, el único de los hijos de Iñaki y Cristina que no vive en el palacio. "Prefiero no comentar, es lo de siempre, gracias", decía hace unos días mientras acudía a sus entrenos de balonmano.
Pero, además de no querer entorpecer la estrategia e imagen de la Corona, la infanta tendría otro motivo para querer proteger esta decisión: no enturbiar el vínculo que justo ha empezado a recuperar con su hermano. "La relación entre los hermanos cada vez es mayor y mejor, algo que satisface a la emérita", cuentan dichas fuentes al portal mencionado. De hecho, "el rey no dudó ni un momento en brindarle su ayuda a la infanta, por eso, Cristina no quiere que entorno afirme o desmienta tal situación", desvelan.
La extraña protección de la reina Letizia a Irene, Juan y Miguel Urdangarin
Aunque lo primero que se extrae de esta situación es la reconciliación entre Felipe y Cristina, también hay otra figura clave a observar: Letizia. La reina ha sido un pilar fundamental en el cambio que se ha producido en la monarquía española. Transparencia, naturalidad y cercanía han pasado a ser algunas de las bases esenciales de la Corona. Algo en lo que la reina tuvo mucho que ver.
Es por eso que es más que evidente que ninguno de estos movimientos entre hermanos o la propia instalación de los jóvenes Urdangarin en Zarzuela se habría llevado a cabo si doña Letizia no estuviera de acuerdo. Y es que aunque la reina nunca tuvo problema alguno con los hijos de la infanta Cristina, el escándalo del Caso Noòs hacía que fuera imposible mantener la misma relación de antaño.