Tras unos meses de lo más intensos y duros para todos ellos, parece que las cosas dentro de la familia real británica empiezan a ser un poco más tranquilas. Este 2024 comenzaba con la preocupante noticia de que Kate Middleton (42 años) y el rey Carlos III (75 años) padecían diferentes cánceres, algo que tuvo a todo Reino Unido en vilo y que ha sido una de las noticias más traumáticas del año. La esposa del príncipe Guillermo (42 años) anunciaba esto a través de un emotivo vídeo, retirándose una época de los focos para centrarse en su recuperación, reapareciendo tiempo después en el desfile del Trooping the Colour y habiendo retomado poco a poco sus funciones reales dentro de la agenda oficial de los royal.
Si bien hace unos días pudimos verla en la grabación de uno de los eventos más importantes para ella, el tradicional concierto de Villancicos celebrado en la Abadía de Westminster, ahora hemos podido ser testigos de la aparición de Kate en la mítica misa a la que acuden cada año en la iglesia de Sandringham para celebrar la Navidad, donde ha estado acompañada de su marido y de sus tres hijos, sus grandes apoyos.
Los hijos de Kate Middleton, su gran ilusión esta Navidad
Cada año hemos podido ver a Kate y Guillermo acudir a esta misa en compañía de sus tres pequeños, George (11 años), Charlotte (9 años) y Louis de Cambridge (6 años), lo más importante para ellos. Estos han sido la motivación necesaria para que la princesa haya luchado todavía con más fuerza durante este tiempo para superar su enfermedad, anunciando hace unos meses a través de otro vídeo que ya había finalizado su tratamiento de quimioterapia, una pieza audiovisual en la que también incluyó a sus primogénitos, a su marido y a sus padres. Como suele ser costumbre, sobre las 12:00 de la mañana (11:00 horas en Reino Unido) hemos podido ver a la familia al completo llegar al templo de Santa María Magdalena, donde Kate y Guillermo han acudido junto a sus hijos.
Los tres pequeños se han mostrado muy sonrientes en todo momento, no habiéndose separado de sus padres en todo el camino hasta el templo mientras saludaban a los curiosos que han acudido a este lugar para ver a la familia royal casi al completo, ya que los duques de Sussex no han estado presentes.
Esta es la tercera ocasión en la que podemos ver al benjamín de la casa unirse a sus hermanos mayores en esta destacada cita, habiendo hecho alarde de nuevo de su gran simpatía mientras no soltaba la mano de sus padres. Para la ocasión, los pequeños han decidido vestir a los pequeños muy elegantes y sofisticados, destacando especialmente el estilismo de George, el mayor de todos, a juego con el de su padre, el príncipe Guillermo. Ambos han lucido una camisa blanca con corbata oscura y un abrigo de vestir con solapa en color azul oscuro, muy elegante y apropiado para estas fechas. Charlotte también acudía vestida con este mismo color, aunque la solapa del abrigo de la niña tenía un toque diferente, siendo bastante llamativo el detalle del lazo que llevaba la niña en su cabellera.
Así pues, parece que todos han querido optar por un color oscuro en esta ocasión, todos menos Kate, que el año más complicado de su vida se ha decantado por un verde esperanza. Un abrigo muy elegante con sombrero a juego que demuestra que sigue siendo una de las royals más elegantes.
La importancia de este día en la familia real británica
Sin duda, todos los miembros de la familia se han mostrado muy sonrientes y cercanos en esta cita, que si ya suele ser importante para ellos, este año significa todavía mucho más después de los complicados meses que han vivido a lo largo de este año. Carlos III también nos ha dejado ver su aparente gran estado de salud mientras caminaba junto a su mujer, la reina Camilla, siendo una cita muy señalada y de la que hoy estaban pendientes diferentes medios de todo el mundo.
Esto llega unos días después de que los príncipes de Gales regalasen a todos sus seguidores una emotiva felicitación navideña, una en la que precisamente podíamos verlos acompañados de sus tres hijos con un precioso árbol de Navidad de fondo y en la que deseaban “a todos una Feliz Navidad” mientras unos copos de nieve digitales caían por encima de esta tarjeta.