El príncipe Carlos ha tenido un papel de lo más difícil durante el funeral de su padre el duque de Edimburgo. El heredero al trono ha sido el encargado de encabezar el cortejo fúnebre que ha acompañado del Castillo de Windsor hasta la capilla de San Jorge el coche en el que iba el féretro de Felipe de Edimburgo. Además, en el funeral han sucedido algunos episodios que han mantenido al príncipe Carlos en una constante tensión. Todo esto ha hecho que le haya resultado inevitable soltar alguna que otra lágrima mientras acompañaba al coche en el que iban los restos mortales de su padre.
Carlos de Inglaterra tenía en él a uno de sus grandes pilares. Aunque Felipe de Edimburgo siempre se mantuvo a la sombra y dejó todo el protagonismo a Isabel II, su hijo acudía a él cada vez que lo necesitaba. Cuando el príncipe Harry y Meghan Markle tomaron la decisión de llevar a cabo el ‘Megxit’, el príncipe Carlos no dudó en reunirse con su padre para pedirle consejo. El heredero al trono británico ha estado al lado de su padre hasta el último momento, visitándolo en el hospital durante su último ingreso y lanzándole mensajes de admiración y cariño tras su muerte.
El príncipe Carlos ha encabezado el cortejo fúnebre.
Pero además de despedir a su padre, el príncipe Carlos se ha tenido que enfrentar esta tarde al reencuentro de sus hijos el príncipe Guillermo y el príncipe Harry y a tener al duque de Sussex en Reino Unido después de su decisión de marcharse a vivir a Estados Unidos junto a Meghan Markle. Inevitablemente, esta es una situación que a Carlos de Inglaterra le preocupa y le mantiene alerta. Saber que todas las miradas iban a estar puestas en sus hijos ha hecho que los nervios estuvieran más presentes si cabe en el funeral de Felipe de Edimburgo.