La foto de Máxima que jamás veremos protagonizar a Letizia

La reina de Holanda vuelve a mostrar su espontaneidad, esta vez con un exótico seguidor de Dentre

Actualizado a 19 de septiembre de 2019, 14:52

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No cabe duda de que Máxima, además de reina de Holanda, es la reina de la espontaneidad. Siempre tan cercana y sonriente, la mujer del monarca Guillermo brilla en todas sus apariciones públicas, pero no solo por los looks que escoge para ellas, sino por su imagen relajada y muy segura de sí misma.

Ella es la reina por excelencia, y así lo demuestra en cada evento, tanto oficial como personal. Después de brillar en el Día del Rey acompañando a su esposo en una de las jornadas más importantes de su país, Máxima y Guillermo han continuado con su agenda oficial que les ha llevado hasta la provincia de Drente, donde han visitado varios municipios.

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Durante esta pequeña ruta han creado mucha expectación entre los vecinos de las localidades, por lo que infinidad de ellos no ha querido perderse la oportunidad de ver de cerca a sus monarcas a su paso por las calles. Acostumbrados a que las multitudes busquen un hueco para saludarles, los reyes se han mostrado relajados y cercanos. Sin embargo, un seguidor inesperado ha revolucionado la visita. Nada más y nada menos que un loro.

El animal, que voló hasta posarse en manos de la reina, fue recibido por ella con mucho cariño. Máxima no ha dudado en silbarle para atraer su atención, un momento que se ha guardado para el recuerdo en unas simpáticas instantáneas entre la mascota y la royal por localidad de Meppel. La dueña de Amalia, que así se llamaba el ave, no pudo contener su emoción al ver que la monarca acariciaba con toda naturalidad al pequeño animal. Como indicó al periódico holandés De Stentor, el loro es capaz de cantar el Wilhelmus, el himno nacional de los Países Bajos, así que esperemos poder escucharlo en la próxima ocasión.

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De nuevo deslumbrante con un conjunto en rosa palo con chaqueta superpuesta en el mismo tono, Máxima vuelve a acertar con su look. No ha olvidado sus ya tradicionales tocados, esta vez a juego con el atuendo y colocado sobre su melena suelta. Una pequeña cartera y unos stilettos en crudo y con adorno de lazo cerraban el conjunto de su visita a Drente.

Guillermo, por su parte, también se ha mostrado muy cercano durante el recorrido realizado. El monarca no dudó en echarle una firma a un niño sobre su escayola, gestos que los ciudadanos siempre agradecen y que colocan a los soberanos como una de las parejas reales más queridas en Europa.

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